Inversionistas, en alerta por presupuesto de AMLO

Primer examen. Una serie de decisiones políticas aumentó el costo del capital en un momento en que López Obrador necesita financiamiento del exterior para cumplir con sus promesas de campaña.

La cancelación del aeropuerto vía consulta, uno de los riesgos. Octavio Hoyos
Colby Smith
Nueva York /

Cuando Andrés Manuel López Obrador ganó en julio uno de los mandatos políticos más fuertes en la historia de México, los inversionistas tenían la esperanza de que el nacionalista de izquierda adoptara una línea más moderada una vez en la Presidencia.

En las últimas semanas esa perspectiva se debilitó tras una serie de decisiones políticas que puso en duda la solidez del clima de inversión y aumentaron el costo del capital en un momento en que López Obrador necesita financiamiento del exterior para cumplir con las promesas de campaña por las que ganó la Presidencia.

“La confianza definitivamente ha cambiado en México”, dijo Cathy Hepworth, codirectora de deuda de mercados emergentes en PGIM Fixed Income. “Nuestro escenario base es que las cosas probablemente van a empeorar”.

Los diferenciales entre los bonos del gobierno de México y los del Tesoro de EU se ampliaron sustancialmente desde noviembre, indicativo de que los inversionistas ven mayor riesgo en los activos mexicanos. El peso cayó más de 7 por ciento frente al dólar en los últimos dos meses, luego de que AMLO abrazó algunos extremos populistas de su plataforma.

Tomar la decisión correcta en México es importante para los inversionistas de mercados emergentes, dado que la deuda soberana del país tiene la mayor ponderación en el índice JPMorgan EMBI Global Diversified, de gran seguimiento. A medida que los gestores de fondos deciden dónde colocar el dinero en 2019, el primer presupuesto del nuevo gobierno, a presentarse este mes, será un examen riguroso.

El periodo previo al mismo se encuentra marcado por un enfrentamiento entre la administración y los inversionistas tenedores de bonos por un valor de 6 mil mdd, mismos que se vendieron para financiar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, el cual tiene programada su cancelación.

López Obrador prometió defender los resultados de una polémica “consulta popular” que organizó como Presidente electo y que demandó cancelar el proyecto a pesar de que su construcción ya estaba avanzada en 30 por ciento y está casi 70 por ciento financiado.

La semana pasada tenedores de más de mil mdd de los bonos rechazaron el ofrecimiento del gobierno para recomprar una parte de la deuda a cambio de una flexibilización de las protecciones de acreedores sobre el saldo restante.

A pesar de pedir a los inversionistas que acepten menos de lo que inicialmente pagaron, la oferta mostró una “disposición por parte del gobierno para encontrar una solución amigable”, dijo Luis Yance, inversionista local de Compass Group y subasesor de Investec Asset Management, que mantiene la deuda pero no se unió al grupo de tenedores que rechaza el acuerdo.

“En definitiva, el riesgo subió porque se suponía que era una historia de crecimiento, y los bonos originalmente estaban respaldados por muchas más garantías”, admitió Yance. Pero la oferta “desvalorizada” del gobierno, indicó, es parte de la negociación. “No van a entregar todo lo que están dispuestos a dar desde el principio”.

Los inversionistas también se sintieron frustrados con la decisión de AMO la semana pasada de suspender las licitaciones petroleras por tres años. Si bien el Presidente confirmó que su administración cumplirá con los contratos pendientes, Henry Peabody, gerente de cartera de Eaton Vance, dijo que la narrativa de la reforma energética entró en “pausa”.

En 2013, el entonces presidente Enrique Peña Nieto lanzó una campaña histórica para desvincular a la industria petrolera del control estatal y regenerar la debilitada capacidad de producción de México. Se espera que los 107 contratos del gobierno de Peña que se otorgaron a cerca de 80 compañías generen alrededor de 200 mil mdd en inversiones en los próximos años, según Samantha Gross del Brookings Institution.

López Obrador también le dio prioridad a impulsar la producción de petróleo de México, pero por diferentes medios. Propuso una inyección de capital de 4 mil millones de dólares a la empresa productiva del Estado Pemex, altamente endeudada, así como una refinería de 8 mil 600 mdd que se construirá en los próximos tres años.

Más allá de estos gastos y otras mejoras de infraestructura, el Presidente también prometió una serie de reformas sociales. Además de aumentar las pensiones para la gente mayor, él quiere otorgar becas educativas a jóvenes mexicanos y aumentar los subsidios a los agricultores, todo esto sin incrementar la deuda nacional ni aumentar los impuestos.

“Las intenciones son grandiosas y ganó debido a estas políticas”, dijo Federico Kaune, jefe de deuda de mercados emergentes de UBS Asset Management. “Pero es difícil ver cómo su gobierno podrá financiar todo lo prometido, así como las futuras consultas sin generar un gran deterioro en el presupuesto”.

Todo esto eleva la atención en su presupuesto. Renunciar a la disciplina fiscal y reventar el presupuesto ahora equilibrado generará más incertidumbre en los activos mexicanos, advirtió Kaune. En medio de depreciación del peso, el Banxico mantiene una postura agresiva. En su última reunión, ajustó su tasa de referencia a un máximo de nueve años a 8 por ciento.

Para Andrea DiCenso, un gestor de cartera en Loomis Sayles, la independencia continua del banco central es crucial. “Si quieres que los inversionistas se asusten de un mercado, puedes ver a Turquía”, dijo. La lira perdió cerca de la mitad de su valor este año luego de que el presidente Recep Tayyip Erdogan rechazó la ortodoxia económica.

“En el momento en que se comienza a dudar si la independencia del banco central es válida o no, un país rápidamente puede convertirse en un mercado no apto para la inversión”, dijo DiCenso.

Con menos de dos semanas en el cargo, tanto AMLO como los inversionistas aún establecen expectativas mutuas. Al final, México necesita acceso a mercados internacionales de capital, dijo Peabody de Eaton Vance. En tanto, los mercados financieros deben aceptar que López es un líder populista y buscará políticas que desafíen el “dogma tradicional” de los tenedores.

“¿Qué pasaría si presenta un presupuesto para sus políticas populistas y es financiado?”, Dijo Peabody. “Eso no debería ser una sentencia de muerte para las perspectivas de inversión del país”. 


 

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