Al igual que muchos de los anuncios fundamentales de Volkswagen, el consejo de administración del grupo alemán no tenía control sobre el momento en que se confirmó que planeaba sacar a bolsa parte de la joya de la corona de la compañía: Porsche.
En su lugar, los rumores a cuentagotas procedentes de las numerosas partes interesadas de Volkswagen —que incluyen un reservado accionista familiar, poderosos sindicatos, el estado alemán de Baja Sajonia y 12 marcas de automóviles administradas de forma independiente— obligó al grupo automotriz a apresurarse a emitir un comunicado en cumplimiento de las normas de divulgación del mercado de valores, justo cuando Rusia movía sus fuerzas hacia Ucrania.
Sin embargo, ni un boletín fallido ni la posibilidad de una guerra frenaron los argumentos a favor de soltar a Porsche, que solo entrega 300 mil vehículos de los 9 millones que vende la firma al año, pero que representa una cuarta parte de sus utilidades. Las acciones de Volkswagen subieron casi 10 por ciento al conocerse la noticia, ya que los mercados se alegraron de una oferta pública inicial de 20 mil millones de euros de la histórica marca, que eclipsará con facilidad la salida a bolsa en 2021 del fabricante de coches eléctricos Rivian.
Como el director ejecutivo de Volkswagen, Herbert Diess, recalcó a los periodistas el año pasado: “Porsche está en una liga aparte”.
El fabricante de coches de lujo, cuyos orígenes se entrecruzan con los de Volkswagen, muestra “cómo un icono automotriz puede seguir siendo una destacada marca deportiva y de desempeño al tiempo que se reposiciona hacia la electrificación”, añadió.
En contraste con Volkswagen, que ha inundado el mercado con coches eléctricos con un bajo desempeño, Porsche se ha enfocado en la excelencia.
Siguiendo el mantra de su antiguo jefe Ferry Porsche, quien le dijo a sus ingenieros que la compañía “puede y podrá construir cualquier cosa, siempre y cuando el producto sea mejor que el de los competidores”, la marca más famosa por el zumbido de sus motores consiguió vender el año pasado más modelos eléctricos silenciosos del Taycan que sus célebres 911, entregando 41 mil de estos coches a los clientes, para sorpresa de los propios ejecutivos de Porsche.
Un vehículo utilitario eléctrico Macan está previsto que siga, pero no hasta el segundo semestre de 2023, con el director ejecutivo de Porsche, Oliver Blume, dispuesto a conservar los modelos de gasolina y diésel, y con la promesa de que “Porsche siempre ofrecerá motores de combustión”.
Como resultado, Porsche está solo entre los fabricantes de autos tradicionales en mantener la utilidad por encima de 15 por ciento, y el alza de los ingresos en cifras de dos dígitos, mientras acelera hacia la era eléctrica.
Sin embargo, los inversionistas no recompensaron a Volkswagen por su participación en Porsche. Aunque los analistas estiman que la marca tiene un valor de entre 100 mil y 200 mil millones de euros, Diess, que se ha propuesto competir con Tesla en la carrera eléctrica al comprometer 52 mil mde en el desarrollo de modelos con baterías, ha visto cómo el valor de mercado de su firma queda muy por debajo de los 200 mil mde que esperaba alcanzar, por no hablar de la valoración de 830 mil millones de dólares de su rival estadunidense.
Por su parte, la familia Porsche-Piëch, que posee de forma indirecta más de 50 por ciento de las acciones con derecho a voto de Volkswagen a través del holding con el nombre confuso de Porsche SE, está motivada por “poseer un activo como Ferrari, Louis Vuitton y Hermés”, de acuerdo con una persona cercana al clan austriaco.
La familia aún se cura las heridas tras verse obligada a abandonar la propiedad de Porsche tras el fracaso de su audaz intento de engullir a Volkswagen en 2009. El intento fallido dio lugar a una compleja adquisición inversa.
Sin embargo, la filtración de los detalles de la oferta pública inicial prevista, que todavía requiere la aprobación de los consejos de Volkswagen, ya está provocando la preocupación de que la automotriz falle de una manera no muy diferente a la flotación parcial de su división de camiones Traton en 2019, en la que mantuvo una participación cercana a 90 por ciento, y que languidece por debajo del precio de cotización.
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