Dan “por muerto” en mercado bono a 20 años del Tesoro

La oscilación de precios y la falta de liquidez volvieron impopular el instrumento entre los inversionistas

El edificio de la dependencia encargada de la hacienda pública de estadunidense. Mark Wilso/AFP
Colby Smith y Kate Duguid
Nueva York y Washington /

Los inversionistas evitan los bonos de gobierno de Estados Unidos con vencimiento a 20 años, lo que provoca una distorsión en el mercado del Tesoro estadunidense con valor de 23 billones de dólares.

La demanda por los bonos de deuda del gobierno a 20 años desde su reintroducción en 2020 ha sido tan baja que su precio está muy alejado respecto al resto del mercado y es más difícil de operar. Las oscilaciones de precios y la falta de liquidez lo volvieron aún menos popular entre los inversionistas conservadores a largo plazo, como los fondos de pensiones que por lo general son sus compradores naturales. 

“La porción del mercado de 20 años está muerta”, dijo Edward Al-Hussainy, estratega de tasas de interés de Columbia Threadneedle. 

Las dificultades para atraer la demanda de los inversionistas hacia los bonos del Tesoro a 20 años al final pueden extenderse a otras partes de un mercado que actúa como base de las finanzas globales, dijo Mark Cabana, jefe de estrategia de tasas de interés en EU de Bank of America.

Como resultado del escaso interés, el bono a 20 años destaca como el más barato dentro del mercado de bonos del Tesoro. El bajo precio significa que los rendimientos de los instrumentos a 20 años son más altos que sus contrapartes a 30 años, con 3.37 y 3.1 por ciento, respectivamente. Por lo general, los bonos a más largo plazo ofrecen rendimientos más elevados para tener en cuenta los mayores riesgos asociados a la tenencia de deuda que vence más a futuro.

Cabana dijo que los rendimientos más altos que se requieren para convencer a los inversionistas de mantener los bonos del Tesoro a 20 años al final le cuestan a los contribuyentes al aumentar el costo de los préstamos del gobierno.

“En el pasado se descontinuaron los bonos a 20 años (...) porque consideraron que no era favorable para el contribuyente. No se conseguía el menor costo de los fondos para el contribuyente, y ese argumento puede esgrimirse con facilidad en la actualidad”, señaló Cabana.

La disparidad entre los rendimientos a 20 y 30 años se amplió a principios de este mes, cuando la Reserva Federal endureció su política monetaria en un intento de contrarrestar la creciente inflación. La reducción del tamaño del balance de la Fed de 9 billones de dólares no hizo otra cosa más que agravar estos problemas, ya que el mercado se quedó con más oferta que absorber.

La reactivación del bono a 20 años, que el Tesoro dejó suspendido durante más de tres décadas debido a la falta de apetito, formaba parte de un plan más amplio para aumentar de manera significativa el endeudamiento del gobierno a través de la deuda a más largo plazo en un intento de asegurar las tasas más bajas durante un espacio de tiempo prolongado.

“Nunca se ha logrado que realmente tenga tracción porque (el bono a 20 años) cotiza muy mal en relación con otros instrumentos similares (de largo plazo), y la liquidez es terrible”, dijo Bob Miller, director de renta fija multisectorial estadunidense de BlackRock. “Además, se agrega un periodo de nueve meses en el que la Fed da un giro y trata de endurecer las condiciones financieras de forma muy agresiva… y eso exacerba las debilidades estructurales que ya eran evidentes”.

Se espera que los bonos a 20 años sigan siendo baratos en el futuro porque la cantidad emitida por el Tesoro es mucho mayor que la demanda de los valores. Cuando el Tesoro reintrodujo la deuda en 2020, la primera subasta fue de 20 mil millones de dólares, el doble de lo que había recomendado el grupo de representantes de la industria —el Comité Asesor de Préstamos del Tesoro (TBAC, por su sigla en inglés)— que asesora al Tesoro en refinanciamiento.

Debido a que el gasto fiscal de la época de la pandemia se desaceleró, el Tesoro redujo el tamaño de sus subastas a 20 años, junto con reducciones en otros vencimientos, pero en el último trimestre a un ritmo más lento recomendado por el TBAC.


Se espera que (los bonos a) 20 años sigan sin estar de moda no solo por el exceso de oferta, también por el aumento de la volatilidad en el mercado de bonos del Tesoro, ya que los bonos se ven azotados por los temores de recesión y las cambiantes perspectivas de la Reserva Federal. El bono a 20 años suele sufrir grandes oscilaciones de precio cuando los mercados se vuelven volátiles porque la escasa demanda dificulta las transacciones.

El bajo precio, la volatilidad y la falta de liquidez atrajeron a un nuevo grupo de inversionistas: los fondos de cobertura que buscan explotar las ineficiencias en la fijación de precios de los bonos a 20 años.

“Hace falta una persona valiente o alguien que tenga mucho dinero para mantener (una posición en los bonos a 20 años) durante mucho tiempo y soportar mucha más volatilidad”, dijo John Madziyire, jefe de los bonos del Tesoro de EU en Vanguard.
“Por eso vemos que los fondos de cobertura son los que más intentan meterse”, añadió Madziyire, quien espera seguir infraponderando los bonos a 20 años debido al enfoque “conservador” de la empresa.

Los actores más activos en los bonos a 20 años son los fondos de cobertura y el grupo de bancos que operan directamente con el Tesoro, conocidos como operadores primarios, según los participantes en el mercado.

“Cuando se observa el riesgo que se corre con el apalancamiento que se tiene que aplicar para obtener rendimientos reales, se convierte en una posición muy, muy difícil de mantener en un tamaño significativo para la mayoría de la gente”, dijo un gestor de cartera de un gran fondo de cobertura estadunidense.

El Tesoro enviará hoy un cuestionario a los operadores primarios, solicitando información sobre su proceso de reembolso trimestral, durante el cual se determina el tamaño de las emisiones para los tres meses siguientes. Cabana dijo que atento a cualquier evidencia de que el Tesoro se esté preparando para recortar de forma significativa el tamaño de las subastas a 20 años.

“El Tesoro necesita recortar hasta que el punto (de 20 años) se estabilice, pero estar abierto a la noción de que puede no haber ningún nivel de emisión que sea realmente justificable”, advirtió Cabana.


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