Naciones emergentes, con su peor crisis de inversión

El alza en las tasas de interés, el riesgo geopolítico por la invasión a Ucrania y la desaceleración del crecimiento llevaron a los bonos soberanos de países en desarrollo a sus mayores pérdidas en 28 años

La producción de abrigos en una fábrica para la empresa de ropa china Bosideng en Nantong, China. AFP
Jonathan Wheatley
Londres /

Los bonos de los mercados emergentes sufren sus peores pérdidas en casi tres décadas, golpeados por el aumento de las tasas de interés a escala mundial, la desaceleración del crecimiento y la invasión a Ucrania

El índice de referencia de los bonos soberanos de mercados emergentes con denominación en dólares, el JPMorgan EMBI Global Diversified, registró una rentabilidad de alrededor de menos 15 por ciento en lo que va de 2022, su peor inicio de año desde 1994. La caída solo se suavizó un poco por el repunte general en todos los mercados globales de los últimos días, que puso fin a una tendencia de pérdidas de siete semanas para las acciones de Wall Street

Casi 36 mil millones de dólares ya salieron de los fondos de inversión y de bonos cotizados en bolsa de los mercados emergentes desde principios de año, según datos de EPFR; los flujos de los mercados de capitales también entraron en reversa desde principios de este mes.

“Sin duda es el peor comienzo que recuerdo en toda la clase de activos, y llevo más de 25 años dedicándome a los mercados emergentes”, afirmó Brett Diment, responsable de deuda global de mercados emergentes en Abrdn.

Las economías en desarrollo resultaron muy golpeadas por la pandemia, que puso a prueba sus finanzas públicas. El aumento de la inflación, la desaceleración del crecimiento mundial y las disrupciones geopolíticas y financieras causadas por la invasión de Rusia a Ucrania se sumaron a las presiones económicas a las que se enfrentan. Las salidas de inversión amenazan con agravar sus problemas al restringir la liquidez.

David Hauner, jefe de estrategia y economía de mercados emergentes en Bank of America Global Research, dijo que espera que la situación empeore.

“Lo más importante es que tenemos mucha inflación en el mundo y los responsables de la formulación de políticas monetarias siguen sorprendiéndose de lo alta que es”, dijo Hauner. “Eso significa más endurecimiento monetario y los bancos centrales seguirán hasta que algo se rompa, la economía o el mercado”.

Yerlan Syzdykov, director mundial de mercados emergentes de Amundi, afirmó que el aumento de los rendimientos en los mercados desarrollados, como el de Estados Unidos —impulsado por las alzas de las tasas de interés de los bancos centrales— hace que los bonos de los mercados emergentes sean menos atractivos. “En el mejor de los casos, no se ganará nada, y en el peor, se perderá dinero (este año)”, dijo.

Hauner detalló que los aumentos de las tasas en las principales economías de mercados desarrollados no necesariamente es algo malo para los activos de los mercados emergentes si van acompañados de crecimiento económico. “Pero ese no es el caso en este momento: tenemos un importante problema de estanflación y los bancos centrales suben las tasas para eliminar la inflación galopante en algunos lugares, como en EU. Este es un telón de fondo muy poco saludable para los mercados emergentes”.

China, el mercado emergente más grande del mundo, se ha enfrentado a algunas de las mayores ventas. La preocupación por el riesgo geopolítico, incluida la posibilidad de que China invada Taiwán después de la ofensiva de Rusia a Ucrania, se ha visto exacerbada por la desaceleración económica, ya que el gobierno impuso confinamientos draconianos en pos de su política de “cero covid”, indicó Jonathan Fortun, economista del Instituto de Finanzas Internacionales, que monitorea los flujos de cartera transfronterizos hacia los mercados emergentes.

Los activos chinos recibieron grandes flujos de entrada, de los denominados pasivos, durante los dos últimos años, señaló, tras la inclusión del país en los índices mundiales, lo que significó que los gestores de fondos que intentaban reflejar sus índices de referencia compraron automáticamente acciones y bonos chinos.

Sin embargo, este año este tipo de flujos se revirtieron, con más de 13 mil mdd saliendo de los bonos chinos en marzo y abril y más de 5 mil mdd saliendo de los capitales chinos, según datos del IIF.

“Proyectamos salidas negativas de China para el resto de este año”, dijo Fortun. “Esto es algo muy importante”.

Los gestores de fondos no han asignado parte del dinero retirado de China a otros activos de los mercados emergentes, dijo, lo que provoca un repliegue generalizado: “Todo el mundo se aparta de todo el complejo de los mercados emergentes como clase de activos y se va a activos más seguros”.

La conmoción de los precios de las materias primas causada por la invasión a Ucrania elevó la tensión en muchos países en desarrollo que dependen de las importaciones para satisfacer sus necesidades de alimentos y energía.

Pero esto también resultó que haya algunos ganadores entre los exportadores de materias primas. Diment, de Abrdn, señaló que si bien los bonos en moneda local del índice JPMorgan GBI-EM ofrecen una rentabilidad total de menos 10 por ciento en lo que va de año en términos de dólares, existe una gran divergencia entre los países.

Los bonos emitidos por Hungría, que está cerca de la guerra y depende de las importaciones de energía rusa, ya perdieron 18 por ciento en lo que va de año. Los de Brasil, gran exportador de materias primas industriales y alimentarias, subieron 16 por ciento en términos de dólares.

Diment afirmó que las valoraciones de la deuda de los países emergentes “parecen atractivas ahora” y que Abrdn ha visto entradas netas en lo que va de año en sus fondos de deuda de estas naciones.

Sin embargo, Hauner afirmó que solo se tocará fondo cuando los bancos centrales cambien su atención de la lucha contra la inflación a la promoción del crecimiento. “Eso puede ocurrir en algún momento del otoño, pero no parece que estemos allí todavía”, dijo.

Para Syzdykov, depende de si el aumento de la inflación disminuye, regresando a la economía mundial a un equilibrio entre la baja inflación y las bajas tasas de interés. La alternativa es que EU entre en recesión el año que viene, lo que aumentará el lastre del crecimiento global y hará subir aún más los rendimientos de los mercados emergentes, advirtió.



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