Hace 20 años, cuando Adam Neumann estudiaba en el Baruch College de Nueva York, propuso una idea que denominó “concept living” a su concurso de startups: un giro comunal en la renta de departamentos que sonaba como una residencia de estudiantes para profesionales urbanos.
Su profesor la descartó rápidamente, diciéndole que ningún emprendedor podría reunir suficiente dinero para cambiar la forma de vida de la gente. Neumann abandonó el proyecto para lanzar otras startups (que también fracasaron), antes de fundar lo que denominó “otro tipo de red social física”: WeWork, el negocio de coworking, cuyo ascenso y caída se convirtió en un sinónimo de la arrogancia de las startups.
La compañía de Adam Neumann, que aportó cerveza, pinball y flexibilidad al monótono negocio del alquiler de oficinas, recaudó tanto dinero que en 2016 el emprendedor revivió su idea original. Su negocio WeLive, dijo, ofrecería alquileres mensuales en edificios de departamentos con mesas de billar y cocinas comunitarias a una generación para la que los precios de las grandes ciudades de Estados Unidos (EU) estaban cada vez más fuera de alcance de sus bolsillos.
La valoración de WeWork se disparó hasta los 47 mil millones de dólares (mdd), impulsada por el financiamiento de SoftBank, y luego se desplomó en 2019, cuando su fuerte gasto y el comportamiento errático de Neumann hundieron sus planes de salir a bolsa. Neumann se hizo multimillonario, pero su historia se convirtió en una advertencia para los inversores que buscan unicornios.
Sin embargo, menos de tres años después, uno de los nombres más importantes del capital de riesgo respaldó con 350 mdd el último intento de Neumann de cambiar nuestra forma de vida. Marc Andreessen, el cofundador de Netscape que descubrió éxitos como Airbnb o Facebook, anunció que su empresa, Andreessen Horowitz, invertiría en la nueva compañía de Neumann: Flow.
El Dato...47 mil mdd
Fue la valoración máxima de WeWork, hoy sus ingresos son de 3 mil 500 mddv
La inversión de la firma de capital de riesgo supone una valoración aproximada de mil millones de dólares para Flow, una compañía cuya presencia más visible es un sitio web de una sola página con un logotipo en colores pastel y las palabras “coming 2023” (próximamente en 2023).
Pero el financiamiento da forma a una narrativa de que Neumann está de regreso y está marcada por la misma enorme ambición que llevó a WeWork. Lo que ha planeado, dijo Andreessen, es nada menos que “un ataque directo” a una crisis en el centro de la clase de activos más grande del mundo: la propiedad residencial.
El perfil de Flow
En una entrevista en marzo, Neumann definió esa crisis en términos de datos concretos y anhelos humanos. EU tiene una escasez crónica de viviendas, dijo, y no está construyendo nuevas con la suficiente rapidez. Entre 2018 y 2020 esa escasez pasó de 2.5 millones de viviendas a 3.8 millones, según estima el economista Freddie Mac.
En un reciente análisis de la Casa Blanca, se señalaba que el número de viviendas nuevas al alcance de primeros compradores registraba una caída de 80 por ciento desde la década de 1970. Los esfuerzos de la Reserva Federal (Fed) por controlar la inflación, mediante el alza de las tasas de interés, no hacen más que aumentar la escasez de viviendas asequibles.
Como las leyes de la oferta y la demanda hacen que el precio de la vivienda suba más rápido que los salarios, dijo Neumann, una cohorte joven a la que llamó en su día la Generación We “es casi la Generación R porque necesita rentar”. Así que Neumann invirtió cientos de millones de dólares en la compra de edificios de departamentos de alquiler en ciudades como Austin, Miami y Nashville, cuya popularidad entre ese grupo demográfico no hizo más que crecer con la pandemia de covid-19.
Una combinación similar de macroeconomía y confianza estaba en la mente de Andreessen. En su blog se preocupaba por el hecho de que las ciudades más dinámicas del país tenían precios fuera del alcance del talento, pero también expresaba su temor por la soledad a la que se enfrentan las personas con poca interacción con sus vecinos. Solo un cambio radical en el funcionamiento del sector inmobiliario podría resolver estos problemas, afirmó.
Todavía no se sabe cómo planea Flow diseñar ese cambio. Tampoco está claro qué cantidad de propiedades poseerá, ni cómo se estructuró la inversión de Andreessen.
Andreessen escribió que Flow combina “un servicio centrado en la experiencia y motivado por la comunidad, con la última tecnología”. Esto incluiría una aplicación en la que los inquilinos podrían realizar pagos y acceder a servicios y eventos, según un amigo de Neumann.
Dos de los edificios que supuestamente compró Neumann apuntan a las opciones que ya se ofrecen. Uno de ellos, en Nashville, anuncia una sala de música para sesiones de improvisación, un “parque para perros” y un “servicio para recoger la basura”. Otro, en Fort Lauderdale, Florida, permite a los inquilinos “vivir el estilo de vida que se merecen”, con un sistema de alquiler por habitaciones, covivienda, un cine al aire libre y una “zona de arte sobre césped”.
Pero Marc Andreessen insinuó que Flow también puede tener un objetivo mayor: replantear un modelo de alquiler con opción a compra que tiene décadas de antigüedad y que supuestamente facilita que los inquilinos se conviertan en propietarios, pero que ha estado plagado de prácticas abusivas.
Hora de construir
Incluso con la promesa de una aplicación para smartphones, un negocio de construcciones físicas, como Flow, podría parecer una prioridad improbable para un capitalista de riesgo como Andreessen.
En 2011 escribió un ensayo titulado “Por qué el software se está comiendo el mundo” que predecía el triunfo de los insurgentes basados en el software sobre las empresas establecidas de la mayoría de las industrias. Pero en 2020 declaró que era “hora de construir” cosas como viviendas, escuelas y hospitales para “reiniciar el sueño estadunidense”.
Con el mundo de las empresas de capital de riesgo inundado de dinero, la presión para encontrar apuestas cada vez más grandes va en aumento, incluso cuando el colapso de las acciones del sector de tecnología plantea dudas sobre las valoraciones de las compañías privadas y amenaza con cortar el flujo de nuevas recaudaciones de fondos.
A finales de junio, las empresas de capital de riesgo de EU disponían de una cifra récord de 290 mil mdd para invertir, según Pitch- Book, lo que representa un aumento de casi 60 mil mdd con respecto a finales de 2021.
Tan solo Andreessen Horowitz ya recaudó este año la enorme cantidad de 14 mil 100 mdd para vehículos de inversión que van desde fondos especializados en criptomonedas y biotecnología hasta fondos más tradicionales de riesgo y crecimiento. Esto es casi lo mismo que recaudó en los siete años anteriores combinados, de acuerdo con los datos recopilados por Crunchbase.
Estas cifras hacen que mercados tan grandes, como el del alojamiento residencial, sean más tentadores para las empresas de capital de riesgo. Pero el franco Andreessen, que se hizo famoso como inventor del primer navegador web cuando aún era un estudiante universitario, es conocido por hacer grandes apuestas por las ideas más audaces.
Ya había hecho una apuesta menor por el fundador de WeWork a principios de este año, cuando su empresa lideró una recaudación de fondos de 70 mdd para Flowcarbon, una empresa que se administra por separado y lanzó Neumann con su esposa Rebekah.
El Dato...14 mil 100 mdd
Recaudó Andreessen Horowitz este año para vehículos de inversión, que van desde fondos especializados en criptomonedas hasta fondos más tradicionales de riesgo y crecimiento
Lecciones aprendidas
La misión de Flow es “una tarea laboriosa”, dice Andreessen, pero dejó en claro que el tamaño de su ambición es lo que le atrajo. “Solo los proyectos con objetivos tan elevados tienen la oportunidad de cambiar el mundo”, dijo, y Neumann era la única persona que había construido un negocio global que cambiaba el paradigma mientras ponía de cabeza a un sector similar.
WeWork espera obtener unos 3 mil 500 mdd de ingresos este año y sus nuevos administradores, conscientes de los costos, intentan terminar con su larga racha de pérdidas. Pero cerró WeLive, que apenas logró a abrir dos locales, y su valoración ya cayó por debajo de los 4 mil mdd.
Incluso cuando los emprendedores más diversos se lamentan de las abrumadoras sumas de financiamiento de capital de riesgo que siguen fluyendo hacia los fundadores hombres y blancos, independientemente de cuales sean sus errores pasados, Marc Andreessen estaba pregonando el valor de los fracasos pasados.
“Nos encanta ver cómo los fundadores que repiten se basan en los éxitos del pasado, al crecer a partir de las lecciones aprendidas”, escribió Andreessen. “Para Adam Neumann, los éxitos y las lecciones son abundantes”.
Sin embargo, Adam Neumann, que suele ser un gran vendedor, se mostró inusualmente tranquilo la semana pasada. Eso fue deliberado, según una persona que habló con él: “Lo que dice es: ‘Aprendí la lección: júzguenme por mis acciones’”.
srgs