Heineken advirtió que el precio de la cerveza seguirá al alza durante el próximo año, ya que el grupo holandés espera trasladar los costos más altos a los consumidores.
La compañía de bebidas, que superó las estimaciones de ingresos y utilidades en los primeros seis meses del año, informó que está vendiendo más cervezas que antes de la pandemia, ya que los consumidores europeos se encogieron de hombros ante el aumento de los precios y volvieron a los bares.
El director financiero de Heineken, Harold van den Broek, declaró a Financial Times que “los elevados costos que vemos actualmente y que hemos visto en el último medio año todavía no se trasladan a los precios (de los consumidores), pero esto está por llegar”.
El precio promedio de una cerveza de barril en Reino Unido fue de 4.09 libras en junio, lo que representa un aumento de 13 peniques desde enero, de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Nacionales.
Los grupos cerveceros aumentaron los precios de la cerveza, ya que el costo de las latas de aluminio, las botellas y la cebada subieron rápidamente.
Van den Broek dijo que la creciente inflación y los precios del gas natural en Europa, que ahora son 10 veces más altos que el promedio de la última década, también impulsaron a Heineken a subir los precios. El costo promedio de las bebidas de la compañía aumentó un 8.9 por ciento en los últimos seis meses en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Su rival Anheuser-Busch InBev, el grupo cervecero más grande a escala mundial, afirmó en julio que el aumento de los volúmenes de ventas y de los precios hicieron que los ingresos crecieran más rápido que las utilidades, pero agregó que la industria cervecera se mantuvo “resiliente” a pesar de la inflación.
Sin embargo, Dolf van den Brink, director ejecutivo y presidente de Heineken, dijo que no está claro cómo afectará el aumento de la inflación a la demanda futura de los consumidores. “Para ser sincero, nadie lo sabe”, afirmó. “En este momento… la gente sale y gasta dinero, pero no lo damos por sentado, sin duda”, añadió.
Además, el aumento de los costos de la energía llevó a Heineken a prescindir del gas en sus fábricas europeas.
Van den Brink dijo a Financial Times que “confía moderadamente” en que la empresa no tendrá que reducir la producción en los próximos meses, pero no descartó esta opción en caso de “escenarios extremos”.
Los ingresos de Heineken subieron 37 por ciento, hasta 16 mil 400 millones de euros, en los seis meses hasta julio, lo que, según van den Brink, no tiene precedente, respecto al año anterior arruinado por los confinamientos.
La utilidad operativa se disparó una quinta parte, hasta 2 mil 100 millones de euros gracias a la “recuperación del volumen, la fijación de precios y las acciones de administración de los ingresos”. El volumen de bebidas vendidas aumentó 0.8 por ciento en comparación con el año anterior a la pandemia.
Las acciones de Heineken bajaron 1.6 por ciento al terminar la mañana de ayer.
Los analistas de Jefferies señalaron que los ingresos derivados de más cervezas premium, como Heineken Silver, siguieron creciendo y ahora representan casi la mitad del crecimiento orgánico de las ventas de cerveza de la compañía.
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