Jim Yong Kim anunció súbitamente que dejará su cargo como presidente del Banco Mundial a partir del 1 de febrero, más de tres años antes de lo programado, lo que deja a una de las principales instituciones económicas multilaterales del mundo enfrentando la confusión y la incertidumbre sobre su liderazgo.
Es probable que la salida de Kim desate un debate sobre si debería continuar la tradición de décadas de antigüedad de permitir que la administración estadunidense en turno elija al presidente del Banco Mundial, teniendo en cuenta el profundo escepticismo de Donald Trump hacia las instituciones multilaterales.
Aunque hay un proceso formal de selección para la presidencia del Banco Mundial, la junta aprueba de manera sistemática a los candidatos de Estados Unidos, mientras que los europeos obtienen el puesto del director general del Fondo Monetario Internacional, un acuerdo no escrito que ya muestra señales de tensión en medio del crecimiento de las economías emergentes.
Scott Morris, alto miembro del Centro para el Desarrollo Global y ex funcionario del Tesoro de EU bajo la administración de Barack Obama, dijo que la decisión sobre el sucesor de Kim debe “ser más disputada que nunca antes”, y que no era un hecho que un candidato que promueva Trump vaya a prevalecer.
Hay “aguas turbulentas por delante” para la administración Trump al tratar de resolver esto, dijo.
El lunes Kim dijo que dejaba el Banco Mundial para unirse a una “firma” —cuyo nombre no dio a conocer— y que se enfocaría en “inversiones en infraestructura en economías en desarrollo”, lo que indica que su salida fue voluntaria y que no lo obligaron los principales accionistas del Banco Mundial.
Renuncia presidente del Banco Mundial
Washington /
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