Tiger Global, el fondo de cobertura enfocado en tecnología, estudia opciones para sacar a la venta una parte de su cartera de compañías privadas con valoración de más de 40 mil millones de dólares, según personas familiarizadas con el asunto.
El grupo de inversión con sede en Nueva York trabaja con un asesor para aprovechar el denominado mercado secundario para ayudar a devolver dinero a algunos de sus inversionistas, dijeron las personas.
Las conversaciones están en una primera etapa y los posibles compradores dijeron que cualquier acuerdo se complicará por las dificultades para valorar las participaciones en compañías privadas que tiene Tiger, que incluyen algunas en firmas como el negocio de pagos Stripe, el grupo de software estadunidense Databricks y ByteDance de China, dijeron algunas de las fuentes. Tiger no quiso hacer comentarios.
La decisión de tratar de aprovechar el mercado secundario de capital privado para generar efectivo pone de relieve un problema cada vez mayor al que se enfrentan las empresas de inversión privada: cómo devolver dinero a sus inversionistas. Algunas fuentes dijeron a Financial Times que otras grandes empresas de capital riesgo también estudian ventas similares de partes de sus carteras de compañías privadas.
En los últimos años, los inversionistas en compañías de rápido crecimiento, como Tiger, han podido obtener ganancias sacando sus empresas a bolsa; sin embargo, la actividad de las ofertas públicas iniciales se desaceleró en los últimos 18 meses, ya que los inversionistas se enfrentan a mayores presiones inflacionarias y a la volatilidad del mercado de valores.
A escala mundial, la cantidad de dinero recaudada a través de ofertas públicas iniciales en el primer trimestre de este año cayó 61 por ciento, hasta 21 mil 500 millones de dólares, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
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En una reciente carta trimestral a los inversionistas, Tiger se mostraba optimista ante la posibilidad de que algunas de sus grandes participaciones privadas, como Databricks, pudieran salir a bolsa cuando los mercados de valores volvieran a abrirse a las ofertas públicas.
“Nuestras mayores participaciones privadas suelen ser líderes de mercado rentables o eficientes en términos de capital, a la espera de un momento oportuno para salir a bolsa”, se dijo a sus clientes en una carta del cuarto trimestre que pudo ver Financial Times.
El mercado secundario se ha convertido en una herramienta cada vez más popular para ayudar a las empresas a devolver efectivo a sus inversionistas mientras los espacios financieros públicos están cerrados.
Las operaciones secundarias aumentaron en los últimos años. El año pasado se alcanzaron acuerdos por valor de 105 mil millones de dólares, casi cinco veces el valor de las transacciones realizadas en este ámbito una década antes, de acuerdo con un informe publicado por Raymond James.
Fundado en 2001 por Chase Coleman como un fondo de cobertura con posiciones largas y cortas, Tiger se expandió de forma agresiva en los mercados privados, en especial en China, en sus primeros años. Llegó a respaldar a cientos de startups de rápido crecimiento, como Alibaba y JD.com, entre otras.
En la última década, la cartera de participaciones en empresas privadas de la firma creció hasta constituir la mayor parte de sus más de 60 mil millones de dólares en activos, informó Financial Times en febrero.
El aumento de la inflación y de las tasas de interés frenó en seco el empuje de la empresa hacia las inversiones en fases iniciales, al venderse bruscamente las acciones de empresas especulativas de alto crecimiento.
Esto llevó a los inversionistas en mercados privados a depreciar también su capital invertido en grupos de tecnología que no cotizan en bolsa.
En 2022, el fondo insignia de Tiger sufrió su peor pérdida anual, perdiendo más de 50 por ciento de su valor, ya que redujo sus participaciones que no cotizan en bolsa en casi 20 por ciento; sin embargo, este año algunos de sus fondos registraron pequeñas ganancias en activos que no cotizan en bolsa.