Una nueva idea de moda recorrió los mercados esta semana: lo peor ya pasó para las acciones de gas y petróleo de Estados Unidos. Algunas personas lo tomaron tan en serio que fueron a la caza de las peores acciones de petróleo que pudieron encontrar, lo que desató una sorprendente tendencia alcista en títulos de compañías de esquisto casi en bancarrota.
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Por ejemplo, las acciones de Chesapeake Energy, que se han estado tambaleando al borde de la quiebra, subieron alrededor de 400 por ciento en unos cuantos días, antes de caer de nuevo hacia el final de la semana.
“Los inversionistas simplemente apuestan a la recuperación como un tema”, dijo Nathan Anderson de Hindenburg Research. “La forma como lo expresan es mediante la compra de acciones que se encuentran en el nivel más bajo, esperando que puedan recuperarse para alcanzar el nivel que tenían antes de covid”.
La esperanza también se apoderó más allá de los operadores del día de Robinhood y otras plataformas gratuitas. Desde mediados de marzo, en los sombríos días después de que Arabia Saudita inició su guerra por la participación de mercado, el subíndice de S&P 500 Energy subió en más de 60 por ciento, superando al resto del mercado.
¿Pero puede continuar esa tendencia alcista? La respuesta casi universal, fuera de los foros de Reddit para escoger acciones, es que no. Si el punto máximo del repunte todavía no se alcanzó con el ascenso de Chesapeake esta semana, no está lejos.
Es cierto, las cosas no son tan sombrías como estaban. La referencia estadunidense, el West Texas Intermediate, tiene pocas probabilidades de volver a caer pronto por debajo de cero, como ocurrió brevemente en abril, aunque algunos comercializadores aturdidos se estremecieron a medida que cayó alrededor de 12 por ciento en los últimos días. Con un precio de alrededor de 35 dólares por barril, se mantiene casi al doble de su nivel a finales de abril.
Los optimistas señalan que Arabia Saudita y Rusia ampliaron sus grandes recortes de suministro de petróleo apenas la semana pasada, mientras que los analistas, desde los del gobierno de EU hasta los de Goldman Sachs ahora esperan que la demanda global de petróleo supere la oferta en el segundo semestre de este año, a medida que las economías surjan de los confinamientos y la gente empiece a moverse. Las acciones de exploración y producción que fueron golpeadas por la crisis, dice la hipótesis, ahora se ven atractivas.
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Pero esperen. Tal vez fueron golpeadas, pero las acciones todavía distan mucho de ser baratas. Muqsit Ashraf, de la práctica de energía Accenture’s Houston, estima que a los precios actuales, las acciones de gas y petróleo asumen un precio de petróleo de alrededor de 50 dólares por barril. Eso no puede durar. Y los capitales tienen más probabilidad de hacer una corrección que la materia prima, predice.
Los inversores minoristas tal vez se están amontonando, pero los inversores más sofisticados, como los fondos de cobertura, quieren una reducción de entre 20 a 30 por ciento en los precios de las acciones de exploración y producción (E&P) antes de comenzar a comprar nuevamente, dijo Matt Portillo, analista del banco de inversión Tudor, Pickering, Holt. & Co. “La mayoría se enfoca en muy pocos nombres y son muy sensibles sobre sus niveles de precio de entrada”.
Esto se debe a que los fundamentos del mercado petrolero son menos constructivos de lo que sugiere el argumento alcista.
A pesar de la extensión de la OPEP, la oferta de Arabia Saudita está a punto de aumentar a medida que el país abandona los recortes adicionales que hizo en junio. La producción en EU cayó con fuerza pero está repuntando. Las refinerías están inundadas con productos derivados del petróleo, por lo que necesitan menos crudo. Las reservas de petróleo de EU alcanzaron un récord máximo la semana pasada. Los casos de covid-19 vuelven a aumentar.
El exceso, en otras palabras, está lejos de terminar y el precio de entre 45 a 50 dólares que necesitan la mayoría de los operadores para obtener utilidades parece estar muy lejos. Mientras tanto, la volatilidad en el mercado retrasó las fusiones y adquisiciones que casi todos los inversores quieren ver en el área de esquisto.
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Por lo tanto, el resto de 2020 se va a caracterizar más por insolvencias que por fusiones y adquisiciones, cree Portillo, y agrega que los compradores pueden ir a la ofensiva solamente si los precios se estabilizan por encima de los 50 dólares por barril.
Y ADEMÁS
CRUDO ACUMULA PÉRDIDA SEMANAL
El petróleo cerró el viernes con pocos cambios y registró su primer descenso semanal desde abril ante el aumento de los nuevos casos de covid-19 en EU, avivando los temores de que una segunda ola del virus afecte la demanda de combustible. El Brent cerró con un alza de 18 centavos a 38.73 dólares por barril y el West Texas Intermediate bajó 8 centavos a 36.26 dólares por barril. Ambos referenciales registraron caídas semanales de alrededor de 8%, la primera después de seis semanas de ganancias que han subido los precios desde los mínimos que tocaron en abril.
WALL STREET RECOBRA FUERZA
Wall Street recobró fuerzas y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, ganó 1.90 % tras vivir en la víspera su peor sesión desde la debacle bursátil de marzo por el temor a una segunda ola de covid-19 y los sombríos pronósticos de la Reserva Federal sobre la economía. Tras el desplome del jueves, los indicadores del parqué neoyorquino recuperaron terreno pero despiden esta semana, la peor desde marzo según los registros, con pérdidas acumuladas de 5.55 %, el Dow Jones; 4.78%, el S&P 500, y de 2.30 % el Nasdaq.