La consultora Fitch Ratings proyectó que durante 2023 el crédito crezca entre 6 y 8 por ciento, aunque el entorno empresarial se mantendrá sensible a los desafíos microeconómicos, de gobernanza y políticos.
De acuerdo con un comunicado emitido por la calificadora, los bancos mexicanos tienen suficiente espacio para soportar una desaceleración económica en 2023 y la volatilidad del mercado, incluidos los altos riesgos de inflación y tasas de interés.
“La penetración bancaria de México sigue siendo baja, y los niveles de capital y liquidez están en máximos históricos con el potencial de mantener el crecimiento de la cartera de crédito”, puntualizó.
Ante el panorama económico actual y sus consecuencias en las recientes quiebras bancarias de Estados Unidos, la consultora no anticipa grandes salidas de depósitos para los bancos mexicanos, en especifico en los grandes bancos que siguen dependiendo de los depósitos a la vista, que son menos sensibles a las tasas de interés.
“Las carteras de valores de los bancos mexicanos tienden a ser a corto plazo y a cambiar su precio rápidamente, por lo tanto, los riesgos de las pérdidas no realizadas atribuibles a tasas de interés más altas sobre el valor razonable de los bonos bajo las normas de contabilidad de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) son más bajos en relación con el mercado de los Estados Unidos”, explicó.
Señaló que los bancos continuarán beneficiándose de la inclusión financiera, que se mantiene baja, la proximidad y una recuperación económica retrasada después de la pandemia, lo que debería fomentar las oportunidades de negocio para los bancos, "a pesar de nuestra expectativa de que el crecimiento del Producto Interno Bruto se ralentice hasta el 1.4 por ciento este año".
Sin embargo, la consultora proyectó que la rentabilidad de los bancos mexicanos disminuya en durante este año a medida que el crecimiento del crédito se desacelere y aumenten los cargos por deterioro de los préstamos.
“La rentabilidad en los bancos más concentrados, pequeños y medianos seguirá bajo presión debido a los perfiles comerciales más riesgosos y a un mayor costo de financiación”, destacó.
El año pasado, la rentabilidad de los bancos se recuperó a los niveles previos a la pandemia debido al crecimiento del crédito, las tasas de interés más altas, los ingresos estables por comisiones, los bajos cargos por deterioro del préstamo y las eficiencias de costos provocadas por el aumento de la digitalización de los servicios.
Por lo que para este año se espera que las métricas de capitalización disminuyan en la medida en que los bancos continúen haciendo crecer sus negocios y pagando dividendos, junto con ganancias más bajas.
Sin embargo señaló, que los bancos tienen suficiente liquidez para financiar el crecimiento esperado, “el sistema bancario mexicano sigue siendo financiado por depósitos predominantemente estables, en su mayoría a la vista, con estructuras de financiación menos sensibles a las condiciones del mercado internacional de capitales”.
Para concluir, la calificadora habló de la financiación de la banca mexicana.
“La menor dependencia de los grandes bancos de la financiación al por mayor y del mercado de la deuda los hace menos sensibles al riesgo de refinanciación y a los mayores costos de financiación”, finalizó.
SNGZ