El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajará la próxima semana su previsión de crecimiento mundial del 2.9 por ciento para 2023, dijo su directora gerente, Kristalina Georgieva, debido a los crecientes riesgos de recesión e inestabilidad financiera.
Georgieva sostuvo que las perspectivas de la economía mundial se están oscureciendo debido a las perturbaciones causadas por la pandemia del covid-19, la invasión de Rusia en Ucrania y los desastres climáticos en todos los continentes, y que podrían empeorar.
"Estamos experimentando un cambio fundamental en la economía global, pasando de un mundo de relativa previsibilidad (...) a un mundo con más fragilidad: mayor incertidumbre, mayor volatilidad económica, enfrentamientos geopolíticos y desastres naturales más frecuentes y devastadores", dijo en un discurso en la Universidad de Georgetown.
Georgieva sostuvo que el viejo orden, caracterizado por las bajas tasas de interés y la baja inflación, estaba dando paso a otro en el que "cualquier país puede desviarse del camino con mayor facilidad y frecuencia".
Manifestó que las mayores economías del mundo -Europa, China y Estados Unidos- se están ralentizando, lo que frena la demanda de exportaciones de los países emergentes y en desarrollo, muy afectados por los altos precios de los alimentos y la energía.
El FMI recortará su previsión de crecimiento para 2023 del 2.9 por ciento, su cuarta revisión a la baja este año, cuando publique sus Perspectivas Económicas Mundiales la próxima semana, dijo Georgieva. El banco mundial dejará sin cambios su actual previsión de crecimiento del 3,2% para 2022, señaló, y no dio ninguna cifra para la nueva previsión de 2023.
El FMI estima que los países que representan alrededor de un tercio de la economía mundial verán al menos dos trimestres consecutivos de contracción este año o el próximo, dijo Georgieva. "Y, aun cuando el crecimiento sea positivo, se sentirá como una recesión debido a la disminución de los ingresos reales y el aumento de los precios", señaló.
El FMI prevé que la producción mundial se reduzca en 4 billones de dólares de aquí a 2026. Esta cifra equivale aproximadamente al tamaño de la economía alemana y supone un "enorme retroceso", añadió.
Georgieva dijo que la inflación seguía siendo obstinadamente alta, pero que los bancos centrales deben seguir respondiendo con decisión, aunque la economía se ralentice. Las medidas fiscales adoptadas en respuesta a los altos precios de la energía deben ser específicas y temporales, agregó.
Georgieva instó a un mayor apoyo a los mercados emergentes y a los países en desarrollo, señalando que las elevados tasas de interés en las economías avanzadas y la fortaleza del dólar habían provocado salidas de capital.
También hizo un llamamiento a China y a los acreedores privados -que poseen la mayor parte de la deuda mundial- para que aborden el riesgo de una ampliación de la crisis de la deuda en los mercados emergentes.
MRA