Industria automotriz sufre los efectos de la guerra comercial

FT Mercados

Ford, Fiat y General Motors tuvieron resultados negativos y vieron caer sus acciones. Estos son los primeros efectos de los embates comerciales de Donald Trump.

Las principales marcas obtuvieron resultados negativos en sus últimos reportes financieros (Shutterstock/Reuters).
Peter Campbell
Ciudad de México /

La semana pasada, una serie de fabricantes de automóviles rebajaron sus pronósticos a causa del debate cada vez más hosco sobre el comercio. “Estas son las primeras olas pequeñas que llegan a la orilla”, dijo Arndt Ellinghost, analista de Evercore ISI. “El enorme tsunami que vendrá, si entramos en una guerra comercial plena, será mucho más severo. Las empresas no van a hablar sobre las utilidades que se perdieron, van a hablar sobre una reestructuración fundamental”, dice Ellinghost. 

 

Un sector golpeado

Se culpó a los aranceles sobre las importaciones de acero que entran a Estados Unidos (EU) y a una menor demanda del consumidor debido a la agobiante incertidumbre, por la serie de malos resultados trimestrales, ya que las utilidades cayeron en todo el sector automotriz, lo que provocó un descenso en el precio de las acciones. General Motors, Ford, Nissan y Renault advirtieron sobre los costos de las materias primas; Fiat Chrysler dijo que los aranceles en China redujeron la demanda, mientras que Daimler mencionó que se limitó el poder de fijación de precios en los coches de Mercedes-Benz.

Hyundai comentó que una prolongada disputa comercial va a debilitar la demanda del consumidor, mientras que Harley-Davidson, que ya tiene planes de trasladar la producción estadounidense de motocicletas con destino a Europa a otras partes, agregó que los aranceles reducirían sus ganancias más de lo esperado.

Es muy probable que la fabricación de automóviles fuera una de las víctimas de los aranceles, debido a la naturaleza global del negocio, con vehículos y componentes que cruzan el mundo, dejando a las empresas en riesgo de sufrir disrupciones. En efecto, Donald Trump comenzó a desmantelar el mundo conocido por las automotrices, ya que intenta implementar su promesa electoral de recuperar empleos en EU y romper los acuerdos internacionales que considera perjudiciales para los votantes de la clase obrera.

Panorama desalentador

Daimler dijo la semana pasada que los aranceles sobre los autos que se exportan de EU a China perjudican su negocio, lo que llevó a una reducción de ganancias de 2,500 millones de euros (mde) a 1,800 mde en el segundo trimestre. Además del cambio hacia los aranceles y las barreras comerciales, las automotrices también tienen que lidiar con la naturaleza volátil e impredecible de las discusiones comerciales, sobre todo cuando involucran a Trump. 

Al hablar la semana pasada con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el presidente de EU tuiteó que los aranceles son “¡lo mejor!”. Las acciones de las automotrices, las cuales ya cayeron por un torbellino de resultados decepcionantes, se deslizaron aún más.




Pero un día después, la Unión Europea llegó a un acuerdo de que los automóviles europeos no pagarían los aranceles de importación de EU, lo que hizo que subieran las acciones.

 La volatilidad está haciendo que los fabricantes de automóviles, que toman las decisiones de producción e inversión años antes de su programa, batallen para medir la tormenta de cambios en las condiciones a su alrededor.

 Renault dijo que los precios de las materias primas son tan impredecibles que la compañía no puede hacer pronósticos precisos sobre ellos para los próximos seis meses, más allá de suponer que se mantendrán casi iguales a los del primer semestre.


 “Es bastante volátil, cada vez que un presidente habla, el precio de las materia primas sube o baja”, dice Clotilde Delbos, su directora financiera. José Asumendi, analista de JPMorgan, menciona que todos los retos —desde mayores costos de materias primas hasta las tensiones comerciales y el aumento en los costos para el cumplimiento de emisiones— crean una “tormenta perfecta” para la industria. 

“La situación es brutal y va a continuar”, dice Asumendi. El analista agrega que “veremos más efectos en el tercer trimestre, y después, en seis o nueve meses, tal vez veremos cómo se resuelven las tensiones entre EU y China”.

Max Warburton, analista de Bernstein, dice: “el sector batalla para encontrar una dirección. La mayoría de las automotrices globales que hasta el momento presentaron sus resultados no alcanzaron las expectativas o redujeron las pautas o ambas cosas, con la notable excepción de PSA”.

 Esto se debe a una serie de factores. En el mes de mayo, China acordó reducir sus aranceles de importación de 25% a 15%. Si bien esto ayudará a los grandes importadores en el largo plazo, el efecto inmediato fue frenar la demanda del consumidor, ya que los astutos compradores chinos de automóviles se contuvieron hasta que los precios cayeron en línea con la caída de los aranceles. 



Esto obligó a las automotrices con un gran número de vehículos importados en tierra, como Fiat Chrysler (FCA), a reducir los precios, lo que recortó los márgenes que obtienen en los coches, lo que provocó que disminuyan las importaciones hasta que se elimine el exceso de inventario a consecuencia de una demanda más lenta.

 Las inquietudes políticas sobre cómo se considera a los fabricantes de automóviles, en especial a los de EU, dentro de China fueron planteadas por varios ejecutivos. El jefe de la FCA, Mike Manley, menciona que es posible un boicot a los vehículos estadounidense por parte de los compradores chinos, aunque aún no se ven señales de ningún movimiento en la industria.

El Dato

25 a 15 %

acordó China reducir sus aranceles de importaciones de autos

 Chuck Stevens, director financiero de GM, dice que la opinión china sobre las empresas de EU era una “incertidumbre bastante significativa, dependiendo de qué dirección tomen estas otras discusiones”. Dentro de EU, las compañías con importantes operaciones de fabricación se vieron perjudicadas por los aranceles sobre el acero que se diseñaron para evitar que se inunde con importaciones baratas. Incluso si la mayor parte del acero se compra a nivel local, algo que GM, Ford y FCA hacen, esto no garantiza la protección, ya que los aranceles hacen que aumente el precio del acero de producción local.

 Hyundai, que fabrica cerca de la mitad de sus automóviles que vende en EU en su planta de Alabama, dijo anteriormente que los aranceles serían “devastadores”, elevando 10% los costos de producción y obligando a los automovilistas estadounidenses a pagar más por sus vehículos.

 Por el contrario, las automotrices sin exposición a EU, históricamente penalizada por no llegar al lucrativo mercado de las camionetas pick up y de los vehículos utilitarios deportivos (SUV), es a las que mejor les va. Si bien el tipo de cambio y la caída de las ventas de su socio Nissan lastimó a Renault, la automotriz cumplió con las expectativas y mantuvo su orientación de ganancias trimestrales para todo el año.

 PSA, que es global y está muy expuesta a Europa, todavía no se encuentra en EU, registró ganancias récord, con su división principal Peugeot y Citroën registrando un aumento de 30% en las ganancias. “En este momento, a las empresas que no están globalizadas les va mucho mejor que a las que sí lo están”, dice Ellinghorst. “Hasta hace poco, las acciones tenían una prima para las empresas globalizadas. Por el momento eso se revirtió a un déficit”.







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