Hay una realidad latente en México desde hace un buen tiempo, sobre todo desde el 2020, y es que cada vez es más difícil la situación económica para muchas familias. Eso se debe a que por la pandemia del coronavirus en primer lugar hubo aumento de pobreza y del desempleo. Por otro lado, hoy el país se encuentra atravesando una delicada situación con el problema de la inflación, el cual se agrava aún más con el contexto de crisis internacional que se vive.
Mexicanos y el ahorro: situación actual
Según datos que brinda el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), sólo el 10% de la población mexicana tiene mes a mes la posibilidad de ahorrar. Eso significa que una pequeña parte de los mexicanos tiene un sobrante de ingresos que puede destinar a ahorro, o en su defecto a invertir dinero (aunque aquellos que deciden colocar el dinero en busca de rentabilidad realmente son los menos).
Pero claro, el estudio realizado por dicho organismo también arroja otros resultados que es bueno que se analicen para que se pueda tener noción de la situación y que a corto y mediano plazo se puedan tomar medidas. Como dijimos 10 de cada mexicanos solamente pueden ahorrar, y luego un 8.5% afirman que se encuentran muy endeudados. Posteriormente otro 66.5% expresa que sus ingresos sólo pueden cubrir las necesidades básicas, y un 20.7% expresa que el dinero que perciben mes a mes no les alcanza ni siquiera para gastos elementales de la vida cotidiana. Y lo que sorprende es que sólo el 12.85% expresa que le alcanza algo del dinero que reciben por su salario para ahorrar
Activos y pasivos: la realidad de la población
En el reporte antes mencionado que fue publicado por Inegi, también se hace un pormenorizado análisis acerca de cuáles son los activos financieros y no financieros con los que cuentan los mexicanos, ya que es una forma de entender el escenario económico de la población en general. Dentro de los primeros se puede mencionar a las cuentas de apoyo, a las tarjetas de nómina, a los ahorros tanto formales como informales, los seguros de vida que cuentan con sistema de capitalización, las inversiones en depósitos a plazo, entre otros similares. En los segundos, los no financieros, se pueden ubicar a bienes como pueden ser una vivienda, negocios, electrodomésticos, vehículos propios, entre otros.
Pero claro, también los mexicanos además de los activos, cuentan con deudas, que muchas veces son solventadas con gran parte de los ingresos que tienen mes a mes. Están las que son hipotecarias como las de locales, viviendas, terrenos, entre otros. Y también están las no hipotecarias que son las de créditos personales, tarjetas de crédito, créditos de nómina, crédito para compra de vehículos, entre otras.
La vivienda y composición: una cuestión fundamental
Uno de los puntos centrales a la hora de pensar los ingresos que tienen los mexicanos, es comprender la situación habitacional familiar y cómo está compuesta. Por ejemplo, un primer dato que brinda el Inegi sobre este punto es que aproximadamente un 65% de los mexicanos son propietarios de una vivienda y se ubica así como el activo no financiero más importante de la población. De esto también se desprende otro dato importante relativo al déficit habitacional en México, el cual en la actualidad se estima que es de cerca de 2.2 millones de unidades
De la mano de este tema, puede resultar pertinente hacer una breve mención respecto a los activos que sí son financieros que tienen los mexicanos. Según estadísticas el 82% de las familias mexicanas tiene al menos uno, que puede variar según la situación de cada una. Se puede decir que más del 78% tienen una cuenta que es de ahorro que está destinada al retiro, otro 6.6% cuenta con ahorros informales y un porcentaje realmente muy similar tiene ahorros formales. Finalmente un 5.8% cuenta con depósitos a plazo realizados en bancos y otro 3.1% cuenta con activos como pueden ser pensiones, seguros de vida, entre otros.
Inflación y suba de precios: el impedimento del ahorro
Realmente algo que aqueja hoy en día a todos los mexicanos es el problema de la inflación. En los últimos informes de Inegi se pudo conocer que la suba de precios en términos interanuales, en el mes de septiembre, había marcado un 8.70%. Eso realmente preocupó a muchos, pero más opiniones generó que el Banco de México (Banxico), inmediatamente tomó la decisión de elevar la tasa de referencia, llevándola a 9.25%, para que sea prácticamente positiva en términos reales para quienes invierten.
Si bien el Fondo Monetario Internacional (FM), como así también otros organismos internacionales proyectan que la inflación de México va a finalizar en el 2022 en un 8.0%, la realidad es que son pocos los especialistas y economistas mexicanos que piensan que realmente pueda ser así. Basan sus afirmaciones en que en lo que va del año hay ciertos alimentos, por ejemplo, que elevaron sus precios en un 12% interanual estimado, y nada parece que fueran a dejar de subir.
La inflación, además de impactar en los precios de muchos de bienes y servicios elementales, hace que también se encarezca el crédito, que lleva a que muchos mexicanos no tengan acceso a financiamiento, o bien, aquellos que tengan plazos a pagar con tasas variables, se vean apretados. De hecho, el informe que estuvimos mencionando en este análisis del Inegi, afirma que el 40.1% de los mexicanos siente que las deudas pendientes están por encima de su capacidad de pago.
Cerraremos este tema afirmando que en los próximos meses, y a partir de medidas concretas internas, se espera que de a poco la economía mexicana comience a enderezar su rumbo. Vale decir que mucho también va a depender de lo que ocurra con la situación financiera global, que no es para nada sencilla actualmente, por la crisis post pandemia y por la guerra que se disputa en Europa entre los dos países Rusia y Ucrania.