Un estudio realizado por la Fundación Friedrich Ebert afirma que tomará al menos 21 años para que los salarios de los trabajadores en la industria automotriz que se realiza en México pudieran igualarse al nivel de Estados Unidos y Canadá, previsto en el Tratado de Libre Comercio (T-MEC).
El documento titulado “T-MEC. Escenarios probables para el trabajo y la industria automotriz regional” también advierte que para entonces, este sector ya no existirá como la conocemos, pues “la revolución digital la habrá alcanzado, y la robótica habrá substituido toda ventaja de factores de localización basados en costos de mano de obra”.
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Refiere que con la entrada en vigor del T-MEC, en julio del 2020, la industria automotriz se ubicó como una pieza fundamental de las negociaciones y actualmente en la construcción de escenarios sobre su impacto en la región. Se generaron importantes expectativas de cambio para la industria automotriz y las relaciones laborales, de manera particular para México, con énfasis en los derechos de organización, libertad sindical y negociación colectiva.
Sin embargo, el estudio asegura que los escenarios probables de evolución de esta industria en la región muestran que las mudanzas laborales no alcanzarán para modificar las tendencias de localización industrial, debido a la brecha salarial tan grande que existe entre México y Estados Unidos-Canadá.
Agrega que, contrario a las expectativas y pese a que los impactos del T-MEC en la Industria Automotriz Mexicana (IAM) son significativos y su efecto se extiende a otros sectores estratégicos, como no había ocurrido antes; continuará la atracción de empleos e inversiones a la industria automotriz de México, principalmente alentada por su mezcla peculiar de bajos salarios, ventajas únicas de localización y acuerdos comerciales, lo que significa que la desterritorialización de la industria automotriz estadounidense continuará.
La importancia de la IAM no es menor, ya que sus encadenamientos a otros rubros son de tal magnitud que por cada empleo directo en la industria terminal pueden derivarse un promedio considerado de 5 a 7 en la industria de proveedores de partes y componentes, y otros tantos en servicios diversos conexos al sector.
Por tanto, agrega, la posibilidad de un comercio más equilibrado en la región que derive en efectos de arrastre sobre el empleo y las inversiones de Estados Unidos y Canadá descansará más bien en mejorar los salarios en México y en estimular el mercado interno de autos a la par, de forma que más autos se queden aquí y exista margen para importar desde el otro lado de la frontera.
Asegura que, en las condiciones actuales, se trata de una tarea de mediano y largo plazos. “A este efecto, se requeriría de una política industrial de Estado que defina el lugar deseado para la IAM en la industria global, y que trabaje a nivel concertado en sistemas de desarrollo científico-tecnológico, de innovación, de organización, de competencias e ingresos laborales.
“El problema es que esa política no ha existido en el horizonte de México por más de un siglo de industria, y aún el gobierno del presidente Andrés MAnuel López Obrador no ha mostrado interés en colocarla como parte de sus prioridades. Más aún, se requeriría una acción industrial concertada de los gobiernos de los tres países; situación que en la práctica resulta más remota”, subraya el estudio.
Al presentar el documento, su autor Alex Covarrubias destacó el hecho de que si bien el tratado tiene como uno de los principales objetivos garantizar un mayor equilibrio laboral en Norteamérica, esto no sucede, ya que hay una nueva geografía del empleo; indicó que tan solo en México se emplea a 1.2 millones de personas, es decir es el mayor número de empleos de la industria en la región.
Aseguró que Estados Unidos, solo tiene el 14 por ciento de su producción, mientras el restante 86 por ciento está repartido en todo el mundo, y entre los países México.
Explicó que los escenarios de incertidumbre de la industria respecto al T-MEC, van a favorecer a México, porque los corporativos siempre apuestan a lo seguro; y nuestro país otorga esa certidumbre a los inversionistas de la industria automotriz.
Por su parte, Alejandro Rangel, líder sindical del SITIMM, destacó que, si bien a la industria automotriz de México le ha ido mejor que en Estados Unidos y Canadá, el trabajador no es beneficiario de esa ventaja ya que la disparidad en los salarios es importante.
En México el sueldo en la industria automotriz es de entre 2.3 a 2.6 dólares por hora, en contraste con 25 y 29 dólares por hora en EUA y Canadá.