Ya sea en ponche, conservas, licores, mermeladas o como relleno para las piñatas, el tejocote es uno de los frutos tradicionales con más demanda en la época decembrina, el cual no solo se consume en el mercado poblano o nacional, sino que trasciende fronteras con presencia en Canadá y Estados Unidos.
Agroexportadores de Puebla es la empresa que inició hace seis años con la exportación de este producto a la región norteamericana, al encontrar un nicho de mercado entre la comunidad migrante.
Carla Moctezuma, directora del área de comercialización de la empresa, explicó que el envío de tejocote a Estados Unidos creció de manera exponencial en los últimos años, gracias a que la producción poblana cumple con los estándares fitosanitarios que establece el gobierno norteamericano para el cultivo, cosecha, empaque y traslado, de tal manera que se garantiza un producto de calidad y seguro para el consumo en el mercado.
En entrevista con MILENIO Puebla, Moctezuma comentó que de 2015 a la fecha, el envío de esta fruta aumentó casi 600 por ciento, en tanto que la situación de emergencia sanitaria a causa del covid-19 no detuvo su comercialización.
“Hace seis años que comenzó la exportación de tejocote. En el primer año México exportó 143 toneladas, el año pasado se enviaron 990 toneladas y cada año va creciendo”, destacó la representante de la comercializadora.
De las huertas frutales en la región de los volcanes Izta-Popo, ubicadas principalmente en los municipios de Santa Rita Tlahuapan, Calpan, Huejotzingo, Soltepec y San Salvador El Verde, se obtiene la mayor parte de este fruto, el cual, se caracteriza por su color anaranjado y nombre en náhuatl: texocotl, que significa de las raíces “tetl” piedra y “xocotl” ácido.
Puebla es el principal estado productor y exportador tejocotero con 874 hectáreas de cultivo que abarcan 28 municipios. Carla Moctezuma comentó en entrevista que esta empresa exporta alrededor de 800 toneladas de diferentes frutos a la unión americana, pero el tejocote lidera la comercialización.
Asimismo, refiere que la empresa surgió con la idea de apoyar a productores poblanos y rescatar el consumo de este fruto que data de la época prehispánica, con el fin de que obtuvieran un ingreso, fortalecer los mercados y detonar este producto en el mercado de Norteamérica.
Para abrir la exportación a Estados Unidos y llegar al mercado de la añoranza, fue necesario un proceso de tramitología y trabajar en alianza con productores capacitándolos sobre prácticas de calidad e inocuidad que establece el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
La empresa actualmente destaca como una de las principales exportadoras del fruto por el manejo de un proceso de irradiación, una práctica agrícola que permite el control de plagas y obtener un producto de calidad.
“Esta empresa surgió gracias al entendimiento de la importancia del campo y buscar la manera de hacer llegar el producto a nuestros migrantes. Todas estas frutas hace seis años no se podían exportar. Entramos desde todo el proceso con la gestión de trámites con Estados Unidos y el gobierno mexicano, resultado de un proceso muy largo en el que se comprueba que no es un riesgo para Estados Unidos, ni fitosanitaria ni comercialmente”.
Cada una de las huertas tejocoteras se someten a muestreos con el apoyo técnico del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) que es un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), para revisar la calidad del producto.
Una vez que el tejocote está listo para cosechar, los lotes de fruta pasan por un proceso de revisión para verificar que cumplan con la normatividad vigente del país vecino del norte; de ahí, llega al empaque que permite proteger el producto en su trayecto a Estados Unidos.
“Actualmente llegamos a 28 estados de la Unión Americana y Canadá; gracias a una alianza con empresas distribuidoras es como hacemos llegar el producto a nuestros paisanos”.
Además del tejocote, la agroempacadora también exporta otras frutas con gran demanda en Estados Unidos. Entre ellas, se encuentra la pitaya, que se produce en la región mixteca, así como el mango criollo procedente de Oaxaca.
También ha logrado colocar productos como el mamey, guanábana, maracuyá, chicozapote y zapote negro, en presentación de pulpas o congelados, ya que a la fecha no cuentan con autorización para cruzar la frontera como alimento fresco.
De igual forma, la empresa encontró la oportunidad de enviar en conserva alimentos como los romeritos, huitlacoche, calabaza y chipotles dulces, que son buscados por la comunidad migrante, sobre todo durante la época decembrina, pues forma parte de los ingredientes de recetas de temporada que evocan la nostalgia del suelo mexicano.
“El producto estrella es el tejocote poblano. Nos enfocamos a un cierto mercado que demanda este fruto. Es un fruto de calidad que se caracteriza por su tamaño, cierto dulzor. Estados Unidos requiere un fruto muy atractivo a la vista y sobre todo con características de calidad e inocuidad. Somos una empresa dedicada a todos los productos de irradiación y la primera empresa especializada en este tipo de productos, que, bajo ese sistema fitosanitario pueden pasar a Estados Unidos bajo el tratamiento de irradiación están la pitaya, la pitahaya, el higo, guayaba, carambolo, la granada, y tenemos el honor de haber sido los primeros en exportación de pitaya”, comentó Carla Moctezuma.
Actualmente, la exportadora ubicada en la zona de Santa Rita Tlahuapan, genera un promedio de 30 empleos directos y anualmente convoca a más de 450 productores, quienes se han integrado al programa de exportación bajo un esquema especial de cultivo de diferentes frutos.
Una vez que se han superado los controles fitosanitarios de México y Estados Unidos, la agroexportadora busca oportunidades en otros mercados como Emiratos Árabes Unidos, donde existe gran demanda de frutos poblanos.
AFM