A tres años del primer caso de covid-19 en el estado, Puebla se mantiene sin recuperar su dinámica económica; 45.6 por ciento de la población continúa afectada por situaciones de pobreza laboral y la inflación se mantiene en niveles históricos al superar la línea de 8.0 por ciento.
Representantes empresariales en el estado y académicos coincidieron al señalar que algunos sectores han logrado un mejor desempeño; mientras que, otras áreas productivas siguen sin recuperarse del impacto generado por la crisis sanitaria. De manera adicional, las cadenas de suministros se mantienen con deficiencias, lo que impide un mayor dinamismo económico y, por ahora, las estimaciones indican que pasarán “años” para regresar a niveles y al ritmo prepandemia.
Fue el martes 10 de marzo de 2020, cuando en Puebla se confirmó el primer caso de coronavirus. Se trató de un hombre de 47 años, que llegó a la capital del estado, procedente de Italia, por temas laborales con la empresa automotriz Volkswagen.
Aunque la persona dio positivo a las pruebas aplicadas, no presentó evidencia clínica del padecimiento, por lo que fue considerado un portador asintomático, indicó en su momento la Secretaría de Salud estatal.
A finales de marzo de ese año, el gobierno federal reconoció como emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor a la epidemia de enfermedad generada por el virus SARS-CoV-2, con lo que se decretó la restricción inmediata de actividades productivas a nivel nacional.
El freno de las labores económicas, así como las medidas de sana distancia en el caso de Puebla derivaron en la pérdida de 114 mil 21 empleos formales, así como el cierre de más de 127 mil unidades económicas, según datos de la Secretaría de Economía estatal y el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Si bien las actividades productivas comenzaron a reanudarse en la segunda mitad de 2020, la economía poblana aún no logra reponerse del impacto generado por el brote de coronavirus y mantiene una brecha con relación a la dinámica que presentan otros estados.
“El indicador de la economía estatal muestra que Puebla ha venido creciendo, pero no a tasas más grandes que otros estados, por ejemplo, Hidalgo crece a una tasa de 10.1 por ciento; mientras que Puebla anda en 7 por ciento. Eso es interesante porque uno pensaría que la variación de un trimestre a otro en un estado como Puebla que tienen una mayor dinámica económica, pero no es así. Hay estados que solo han tenido crecimientos positivos como es el caso de Tabasco y llama la atención porque ya traíamos un rezago antes de la pandemia”, comentó Ignacio Ibarra López, director de la carrera de Economía del Tecnológico de Monterrey, campus Puebla.
En entrevista para MILENIO Puebla, Ibarra López señaló que algunos sectores han logrado mejorar su desempeño, principalmente, las actividades ligadas con la producción de alimentos; sin embargo, las manufacturas que son parte del motor económico del estado se mantienen por debajo de los niveles de 2019.
“El sector que más ha crecido es el de las actividades primarias por la lógica demanda de alimentos, pero falta la recuperación de actividades secundarias. Estamos cerca y, todavía, en actividades terciarias ha crecido un poco en comparación con lo que se tenía antes, pero no lo suficiente como para representar un motor en términos de crecimiento económico”.
En ese sentido, el académico consideró que resultan fundamentales proyectos que detonen el desarrollo. Además, será clave el impulso de un nuevo patrón de crecimiento en el estado.
“Puebla lo que requiere es el establecimiento de alguna obra importante de infraestructura que, en las últimas fechas y tomando en consideración la pandemia, no se ha generado. Debe haber una discusión importante sobre cuál podría ser la política económica que se debería establecer en el estado. Durante un tiempo, Puebla se caracterizó por ser el epicentro en materia educativa; también, se ha caracterizado por ser un importante centro de producción automotriz ¿Cuál es ahora el nuevo sector o la forma en la que podemos eslabonar estos sectores para lograr un crecimiento en el estado?”, cuestionó el académico.
Inflación complica recuperación económica
El alza en los precios de los alimentos es uno de los factores que ha complicado la recuperación de industrias como la restaurantera. El índice inflacionario avanzó de manera significativa en el contexto de la emergencia sanitaria, luego de que en febrero de 2019 la tasa general acumulada era de 4.55 por ciento.
A igual periodo de 2020 llegó a 5.12 por ciento, mientras que en la primera quincena de febrero de 2023 alcanzó niveles de 8.67 por ciento, una de las tasas más altas en los últimos 20 años.
Carlos Azomoza Alacio, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Puebla, destacó que los establecimientos operan actualmente al 100 por ciento, luego de que en el pico más alto de la pandemia tuvieron que cerrar sus puertas al público y mantuvieron labores con servicios para llevar o a domicilio.
Comentó que los altos precios de los alimentos repercuten a este sector productivo y provocan una merma en las utilidades.
“Puedo decir que estamos en números de ventas que traíamos en 2019 y en niveles de empleo que teníamos en 2019, pero la recuperación va a ser muy larga y no creo que este año podamos lograrlo. Simplemente por los niveles que hay de inflación, incremento en los insumos, también, el incremento en las nóminas y todo esto nos viene a mermar en las utilidades”.
Respecto al momento en que la industria podría recuperarse, el líder de la Canirac consideró que el panorama es incierto y podrían pasar “años” para que ello ocurra.
“Puedes vender lo mismo, pero no estás ganando lo mismo, entonces la recuperación se irá por muchos años más. Habría que ver cómo se mueve el mercado para poder dar una fecha, pero, al menos este año no creo”, señaló.
Puebla recupera empleo
A Puebla le llevó 22 meses recuperar los niveles de empleo formal que tenía previo a la pandemia. Fue en octubre del año pasado, cuando la entidad poblana llegó a los 631 mil 105 puestos de trabajo registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La cifra representa 3 mil 088 nuevas plazas respecto a las registradas en febrero de 2020, es decir, previo a la declaratoria de emergencia sanitaria, cuando había 628 mil 017 trabajadores asegurados.
La recuperación del empleo se dio a medida en que se reanudaron labores productivas, destacó el presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco), Marco Antonio Prósperi Calderón.
Comentó que el comercio fue una de las actividades que más influyó para el avance de empleos, en contraste con otros sectores que no han logrado reponerse al 100 por ciento.
“En términos generales, creemos que la recuperación va avanzando. En cuanto a empleo ya recuperamos los que perdimos en la pandemia, no así en otros sectores económicos. El tema turístico nos ha ayudado, pero faltan todavía algunas empresas que tienen complicaciones para poder estar al 100 por ciento o tener los niveles que tenían previo a la emergencia”.
Poblanos en pobreza laboral y menos competitivos
En el contexto de la emergencia sanitaria, casi uno de cada dos habitantes se encuentra en condiciones de pobreza laboral, es decir, que carecen de recursos para comprar la canasta básica de alimentos, pese a destinar todos sus ingresos.
De acuerdo con el reporte “¿Cómo evolucionó la pobreza laboral en el 4° trimestre de 2022?”, por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Puebla reflejó un aumento en la cifra de habitantes en esta condición.
Al cierre del primer trimestre de 2020, es decir, justo en el inicio de la pandemia de la covid-19, el 42.9 por ciento de la población estaba en pobreza laboral; actualmente, el índice se ubica en 45.6 por ciento, es decir, 2.7 puntos porcentuales por arriba de los niveles previos al primer caso de Sars-Cov-2.
En medio de la crisis sanitaria por el covid-19, Puebla reflejó un retroceso en materia de competitividad, derivado de la evaluación a su sistema político, una marcada desigualdad salarial y el crecimiento real de su Producto Interno Bruto (PIB).
De acuerdo con el Índice de Competitividad Urbana (ICU) 2022, la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala se colocó en el lugar 15 entre las 17 ciudades en la categoría de más de un millón de habitantes.
De acuerdo con el ICU, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), que mide la capacidad de las ciudades mexicanas para atraer y retener talento e inversiones, la ZM Puebla–Tlaxcala reflejó un descenso con respecto a la medición en 2021, cuando ocupó el décimo lugar entre las ciudades en ese tamaño de población más competitivas.
Esta región del país fue superada por Monterrey que se posicionó como la ciudad más competitiva, seguida de Saltillo, Guadalajara, Querétaro, así como la zona metropolitana del Valle de México, que reportaron una competitividad “muy alta”.
Trabajo conjunto para crecer
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en Puebla, Héctor Sánchez Morales, convocó a los distintos sectores de la sociedad a “cerrar filas” y a trabajar de manera conjunta para colocar a Puebla en el mapa nacional.
Consideró que Puebla posee ventajas para escalar en los índices de competitividad y avanzar en la ruta hacia la recuperación económica, pero “creo que hay mucho trabajo por hacer. Hay que seguir unidos todos los sectores. Hay grandes oportunidades por delante. Creo que todos los sectores tienen áreas de oportunidad”.
Reconoció que la entidad poblana perdió posiciones en el contexto de la pandemia, por lo que, uno de sus retos este año será trabajar en equipo con otros sectores para poder crecer y superar la crisis sanitaria.
“Sí se han perdido escalones importantes en algunos sectores, entonces, ahorita andamos en un proceso de recuperación. Creo que se han hecho bien las cosas, pero hay que seguir trabajando duro. Tenemos que trabajar fuerte para poner a Puebla en los primeros lugares de la república y es una tarea de todos. Creo que sí (puede crecer) si estamos todos conscientes en cerrar filas”.
CHM