Con apenas una década de historia, la compañía líder en petroquímicos en México, Braskem Idesa, nació con lo más avanzado no solo en tecnología, sino en procesos administrativos y anticorrupción.
Desde su origen, la empresa realiza investigaciones para verificar a terceros como son socios, clientes y proveedores, así como a las personas que buscan cubrir una vacante. Este proceso es uno de los tres mecanismos que efectúa Braskem Idesa todos los días para garantizar su integridad.
De acuerdo con la ONU, la corrupción, el soborno, el robo y la evasión impositiva cuestan anualmente alrededor de 1.26 billones de dólares a los países en desarrollo. El combate a estas problemáticas forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que impulsa dicho organismo entre países e iniciativa privada.
El director de Compliance para Braskem Idesa, Efraín Rivera, indicó que entre los mayores riesgos que corre la empresa es la atención a terceros, ya sea clientes o vendedores debido a las prácticas de sobornos en el país.
“Normalmente esas operaciones son las que tienen mayor riesgo a una potencial corrupción y lo mismo pasa con los vendedores. Son áreas muy complicadas y la única manera de ver con qué clientes te juntas o con qué proveedores, es analizarlos, hacer un due diligence, analizar cómo está la relación”, comentó.
La debida diligencia puede ser de tipo laboral, fiscal, financiera, de seguridad, medio ambiente e incluso en Derechos Humanos. Quienes ponen mayor énfasis en esta práctica generalmente son entidades financieras como los bancos, debido a que deben reforzar sus mecanismos para la prevención de ilícitos
Para realizar este proceso, cinco expertos al interior de la compañía investigan a través de información pública y bases de datos nacionales e internacionales; por ejemplo: la información pública del SAT, listados internacionales sobre terrorismo y bloqueos comerciales; como ha ocurrido con Cuba, Corea del Norte y Siria.
De acuerdo con los resultados obtenidos en cada due diligence es que deciden continuar con los negocios o se establecen cláusulas en los contratos con los que la empresa se ampara de posibles consecuencias adversas.
Asimismo, para evitar conflictos de interés con integrantes de la compañía, el área de Compliance no reporta directamente al CEO.
“El poder decir soy íntegro también implica a toda la cadena de valor y a terceros. Hemos rechazado compañías que en teoría tienen muy buenas cosas pero que la reputación que tienen, no la quieres.”, comentó Rivera.
El directivo aseguró que existe una política de cero tolerancia a prácticas de corrupción y concluyó que el “due diligence es un proceso que todas las compañías deberían hacer para atraer a personas y empresas con los mismos valores”.
RRR