La agencia calificadora Fitch Ratings aseguró que la segunda ola de medidas de alivio de pagos destinadas a acreditados que contempla la reestructura de créditos anunciada por las autoridades financieras será negativa al largo plazo para los bancos, ya que podría indicar condiciones crediticias más débiles en el futuro.
En un análisis la calificadora señaló que a pesar de que aún no se conocen las medidas que tomará cada banco en lo particular, pero prevé que se extiendan a las instituciones financieras no bancarias y a los préstamos en grupales tal como sucedió con el programa de diferimiento de pagos.
“Fitch considera que los planes de reestructura (LMP por sus siglas en ingles) son agresivos, dado que para reducir la carga de la deuda de un prestatario, sus cuotas se reducirán en al menos un 25 por ciento. Esto podría resultar en la extensión de la fecha de vencimiento final legal en un 50 por ciento más allá del plazo original del préstamo, reducciones en la tasa de interés anual o cancelaciones del principal”, explicó.
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Agregó que durante la crisis financiera de 2008 este tipo de apoyos fueron otorgados únicamente a los prestatarios en mora con el objetivo de acelerar las recuperaciones y la ejecución de las garantías, por lo que, esta medida que está abierta a los acreditados en general reducirá el flujo de efectivo.
“Si los prestatarios que no mostraban un desempeño más débil recibieran reestructuraciones de préstamos bajo el nuevo programa, esto daría como resultado una reducción de los flujos de efectivo y un margen excesivo para los fondos comunes de titulización”, enfatizó la firma.
Sin embargo, algunos riesgos serán mitigados por provisiones estructurales, principalmente, tal como las reservas de liquidez que ayudan a compensar los flujos de efectivo reducidos como resultado de cuotas más bajas; los criterios de elegibilidad que establecen una tasa de interés promedio ponderada mínima en el grupo titulizado para evitar eventos de amortización anticipada mitigan tasas de interés reducidas.
Además, las transacciones que solo dan crédito a los flujos de efectivo esperados que caen antes del vencimiento final legal de los bonos calificados mitigan los préstamos con plazos más largos; y las tensiones por sobre garantía capturan las amortizaciones esperadas del principal.
Finalmente, Fitch espera un aumento moderado en la morosidad cuando estos préstamos salgan de los programas de reestructuras, ya que los datos disponibles muestran que el desempeño de los activos no se está desviando significativamente de sus supuestos.
srgs