La Reserva Federal de Estados Unidos inicia la reunión de política monetaria de dos días en la que se espera que sus dirigentes mantengan las tasas de interés por ahora, pero también que indiquen en sus nuevas proyecciones si aun hay probabilidades de que las tasas suban más antes de que termine el año.
El miércoles se dará a conocer un nuevo comunicado de política monetaria y la decisión sobre las tasas de interés; está previsto que el presidente de la Fed, Jerome Powell, ofrezca una rueda de prensa para dar más detalles.
Los inversores en contratos ligados a las tasas de referencia de la Fed consideran que es casi seguro que el banco central estadunidense mantenga las tasas de referencia en el rango actual de 5.25 por ciento y 5.5 por ciento, lo que seria coherente con el cambio de la Fed hacia un ritmo más lento y meditado de subidas de tipos.
Desde marzo de 2022 hasta mayo de 2023, la Reserva Federal ha subido las tasas en 10 reuniones sucesivas, entre un cuarto y tres cuartos de punto, esto con el fin de hacer frente al peor incremento de la inflación desde principios de los años ochenta.
En junio, la Fed hizo una pausa, sin embargo, las proyecciones económicas trimestrales que acompañaban a esa decisión reflejando que 12 de los 18 dirigentes monetarios seguían anticipando dos subidas más de tasas de un cuarto de punto para finalizar el año.
Una de ellas se produjo en la reunión de julio. Aunque el ritmo más lento de la Reserva Federal, "dependiente de los datos", puede llevar a los responsables a hacer una pausa en septiembre, los analistas prevén que hay pocas noticias económicas recientes que descarten esa última subida de tasas.
La lógica "es en parte la inercia, ya que los participantes en el Comité podrían no querer estropear lo que está funcionando", declaró el economista de JP Morgan, Michael Feroli.
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Además, los datos desde la última reunión de la Fed, aunque en general apoyan la idea de una desaceleración de la inflación junto con un crecimiento económico continuado, han sido algo contradictorios, ya que el ritmo de los aumentos de los precios se ha disparado recientemente.
En la reunión de julio, "la mayoría de los participantes seguían viendo importantes riesgos al alza para la inflación", informó Feroli, basado en las actas de la reunión. Aunque la inflación se ha ralentizado desde su máximo del año pasado, las medidas subyacentes reflejan que los precios continúan aumentando cerca del doble del objetivo de 2 por ciento fijado por la Reserva Federal.
Los riesgos están sesgados
Los dirigentes monetarios, y en particular el presidente de la Fed, Jerome Powell, también se han mostrado reacios a mostrar alguna cesión en su lucha contra la inflación, asi tengan que posicionar las tasas de interés más altas de lo previsto, ocasionando un mayor riesgo para una economía que ha producido más empleo y crecimiento de lo estimado dado el rápido endurecimiento de la política monetaria.
Con las tasas de interés más altas de la Reserva Federal, lleva a los bancos y a las empresas financieras a aumentar sus propias tasas como en las hipotecas de viviendas, los préstamos a empresas, las tarjetas de crédito y una variedad de otras tasas de financiación, por lo que esto desincentiva la inversión y el gasto de los hogares y, a través de esa caída de la demanda, reduce la inflación.
Cerrar ahora la puerta a nuevas subidas de tasas podría provocar una relajación de las condiciones financieras generales, ya que los mercados prevén una trayectoria de tasas más bajas, contrario a lo que busca la Fed, mientras continúe sin estar segura de que la inflación se haya controlado.
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Por lo que el resultado de la reunión puede implicar ya un complicado cambio en la comunicación, ya que la Reserva Federal gestiona la percepción de lo que probablemente sea el final de su alza de tasas —si los dirigentes monetarios vuelven a subir el tipo de interés oficial, probablemente será en la reunión de noviembre— y la transición al momento del próximo año en el que probablemente empiecen a bajar las tasas de interés como forma de mantenerse en sintonía con una inflación más baja.
Se espera que las proyecciones económicas reflejen un mayor avance de los precios este año y el próximo, provocando que la tasa de interés "real" ajustada a la inflación suba gradualmente, a menos que la propia tasa de interés oficial se reduzca al mismo tiempo.
No obstante, la rapidez y el momento en que esto ocurra continúan siendo objeto de debate en el seno de la Fed y dependen de la velocidad a la que caiga la inflación.
En junio, los responsables de la Reserva Federal preveían que la tasa de interés oficial cayera un punto porcentual para el próximo año, en un contexto de descenso de la inflación y aumento de la tasa de desempleo.
Los analistas de Bank of America consideran que la Fed se muestre dispuesta a recortar menos el año que viene, por lo que seria solo tres cuartos de punto, mientras que probablemente eleve ligeramente la estimación a largo plazo de la tasa de interés neutral, lo que implicaría la necesidad de una política monetaria levemente más restrictiva a lo largo del tiempo para imponer el mismo nivel de contención a empresas y familias.
Eso conciliaría algunos de los datos que la Reserva Federal ha visto este año; por ejemplo, el hecho de que el crecimiento se haya mantenido por arriba de la estimación del banco central del potencial de la economía a pesar de sus subidas de tasas. Sin embargo, puede significar que las tasas se mantengan más elevadas por más tiempo de lo que el público estima actualmente.
"Los datos recientes deberían dejar a la Fed alentada por la desinflación en curso, pero preocupada por la reaceleración de la inflación debido a la fortaleza de la actividad", mencionan Michael Gapen, economista de Bank of America, y otros, que afirman que "los riesgos están sesgados" para que las tasas se mantengan más altas de lo previsto al adentrarse en 2024.
PNMO