El Senado y el sector privado de Estados Unidos, manifestaron su preocupación por el lento proceso que México está realizando sobre la implementación de la reforma laboral, así como la discriminación que el gobierno mexicano realiza hacia las empresas estadunidenses en el ámbito energético, situaciones que van en contra del T-MEC.
Durante la Audiencia Completa del “Comité de Implementación y Observancia del T-MEC: un año después de la entrada en vigor”, el presidente del Comité de Finanzas del Senado, Ron Wyden, manifestó sus preocupaciones sobre el cumplimiento cabal de México en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, T-MEC y los compromisos que aún faltan por resolver.
“México se comprometió a mejorar los derechos y las condiciones laborales de sus trabajadores, y se está moviendo demasiado lento en la implementación de esas reformas clave a las leyes laborales; esos compromisos los ha tenido la administración Biden, para actuar utilizando lo que se llama Mecanismos de Respuesta Rápida”, aseveró.
El también representante del partido Demócrata estadunidense manifestó que México se encuentra retrocediendo en compromisos clave del acuerdo comercial que entró en vigor el 1 de julio de 2020, sobre todo en sectores agropecuarios que el país vecino del norte busca exportar hacia territorio mexicano.
“No es de extrañar que Canadá y México, emitieran nuevas leyes y regulaciones que eran inconsistentes con el texto del T-MEC; incluso retroceden en algunos de los compromisos centrales. Por ejemplo, México se niega a aprobar productos innovadores estadunidenses, incluyendo maíz y soja, sin ninguna base científica”, afirmó Wyden.
Por su parte el miembro del Comité de Finanzas del Senado de Estados Unidos, Mike Crapo acusó que México está realizando actos totalmente discriminatorios hacia las empresas norteamericanas, ya que la administración mexicana busca favorecer a las empresas productivas del Estado como Pemex y CFE.
“México está procediendo con nuevas acciones discriminatorias, como medidas que favorecen a compañías eléctricas y petroleras a favor de su propio Estado. Anteriormente, México priorizó el despacho en su red eléctrica sobre la base del costo, lo que permitió a los productores privados, incluidos los proveedores de energía eólica y solar, competir. México tiene la intención de dar preferencia a su compañía eléctrica estatal”, afirmó.
Refirió que en la industria de lácteos de EU, enfrenta diversas barreras como no usar nombres de quesos, con el argumento de que se tienen indicaciones geográficas, aunado a que el sector de la papa, también enfrenta retos ante la Corte mexicana, ya que los productores estadunidenses no pueden entrar en todo el territorio mexicano, lo que dijo, es inconsistente con sus obligaciones del T-MEC.
Sostuvo que durante su visita a EU, el embajador de México en aquel país y la titular de la Secretaría de Economía, Tatiana Clouthier, comentaron a Crapo, que buscarán la implementación de la resolución de la Corte, para que finalmente entre la papa estadounidense a México.
“Los compromisos del T-MEC, incluyen de cooperación en materia agricultura, y de biotecnología, incluyendo decisiones que aprueben productos basados en ciencia. Desafortunadamente México se niega a aprobar cualquier alimento biotecnológico o componente desde mayo de 2018”, resaltó.
A su vez el director de Asuntos Internacionales de los Trabajadores Siderúrgicos Unidos, Benjamin Davis, expresó sus preocupaciones sobre la efectividad del proceso de legitimación de contratos en México.
“Los funcionarios del gobierno mexicano han declarado que esperan que se voten por lo menos 80 mil contratos. Esto requeriría alrededor de 120 votos de legitimación por día, todos los días, desde ahora hasta el 1 de mayo de 2023. Eso claramente excede la capacidad de las instituciones gubernamentales y puede requerir que dependan de notarios privados contratados por los sindicatos titulares”, dijo.
Por otro lado, la presidenta y directora ejecutiva de la Organización de Innovación Biotecnológica Washington, Michelle McMurry-Heath, destacó que Estados Unidos es el mayor productor mundial de cultivos biotecnológicos, con más del 90 por ciento de las hectáreas de maíz, soja y algodón producidas con cultivos biotecnológicos.
“Si México no aprueba un nuevo producto de biotecnología de maíz, los productores de maíz de EU, se muestran reacios a plantar el producto por temor a interrumpir el comercio con México. Esto significa, en efecto, que México determina qué tecnología pueden usar los agricultores estadounidenses”, afirmó.
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Dijo que para la biotecnología agrícola, México no ha otorgado una sola aprobación desde mayo de 2018; mientras tanto, la acumulación de aprobaciones pendientes ha aumentado a 23, situación que afecta a todos los miembros agrícolas de Biotecnológica, cubriendo una amplia gama de productos básicos: manzanas, canola, maíz, algodón, patatas y soja. Donde 20 de estos, ya han excedido el plazo legal de seis meses para que la Cofepris determine si debe emitir una aprobación de importación biotecnológica.
MRA