El programa Tandas para el bienestar, que anunció la semana pasada el presidente Andrés Manuel López Obrador, está lejos de impulsar la inclusión financiera en el país, expuso Isabel Cruz, directora de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (Amucss).
“Es preocupante un programa que masifica. Dando un programa masivo lo único que se enmascara es un efecto relámpago de bienestar temporal, pero no hay una reestructura para que las microempresas funcionen de manera constante y permanente y no solo un año o dos. El impacto que puedes tener con estos esquemas es muy limitado”, consideró.
De acuerdo con la directiva y con lo que se sabe del proyecto, que será dar a un millón de pequeños comerciantes créditos a la palabra, sin aval y sin intereses, esta acción no producirá la integración de trabajos con otro valor, pues existen empresas que requieren montos superiores para la formalización de su trabajo, aspectos fiscales, entre otros.
“Una institución que apoya empresas sociales debe tener una estrategia más integrada donde el crédito es solo una parte de los incentivos de apoyo. No vemos todavía una estrategia de seguimiento, es decir, que tú des un crédito pero que se le dé un seguimiento para acceso a mecanismos de asistencia técnica, organización en el mercado, de acceso a tecnologías, a innovaciones, de poder definir qué tipo de maquinaria se requiere para tener una integración de cadena de valor”, expuso Cruz.
El objetivo del programa que dirige Rocío Mejía, asesora de la Secretaría de Economía, es otorgar 6 mil pesos a los interesados. Es por ello que para Cruz es importante que éste no se defina como un “crédito”, pues no cuenta con la regularización ni los procesos pertinentes para que se le catalogue como tal.
“Si es crédito este tiene una formalización, aunque sea tasa cero; tiene un contrato, un objetivo para el cual se va a invertir. Con el programa se trata igual una tortillería, una tienda, igual que alguien que vende champú, etcétera. No hay una diferenciación, un acceso a mercadeo, por ejemplo, muchas pequeñas empresas lo que necesitan es imagen para su producto, saber definir bien su cliente, quién es su competencia y cómo penetrar en el mercado y competir”.
La directora de la red PreDesarrollo, Claudia Revilla, dijo que dejar de lado el término “crédito” es importante para que exista una mejor comprensión del programa.
Datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señalan que en promedio 43.7 por ciento de los mexicanos ahorran a través de mecanismos informales como las tandas, préstamos familiares, debajo del colchón, entre otros.
“Lo más objetivo del programa tiene que ver con todo un concepto de finanzas colaborativas donde el microempresario, aun cuando sabe que ya no tendrá el beneficio de la tanda, seguramente ya se involucró en los valores de la banca social para decir que va a pagarlo, porque otro empresario está detrás para pagar los mismos beneficios”, dijo Revilla.
La directiva, que ha estado cerca del proceso de ejecución, dijo que desde las secretarías de Hacienda y de Economía se está trabajando para que se explique de forma jurídica por qué el incentivo no es un crédito. Indicó que las microfinancieras esperarían sumarse al proyecto a partir de un programa de educación financiera y una vez pasado el año de ejecución del programa, buscarán la forma de involucrarse.
Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2018, que realizan el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la CNBV, el año pasado cerca de 31 por ciento de la población entre 18 y 70 años tenía acceso a un crédito; ello representó un avance de dos puntos porcentuales en comparación con la encuesta de 2015.
El presidente de la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), Cuauhtémoc Rivera, confía en que si las cosas funcionan y operan correctamente, “el monto del crédito se incremente. Esa dinero puede servir para cuestiones como la pinta del negocio, impermeabilizar, reponer algunas cosas, o modernizar, fumigar, etcétera”.
Sostuvo que este es un impulsor para el sector que antes no tenía acceso a fondos como los del Instituto Mexicano del Emprendedor (Inadem). Sin embargo, afirmó que el país aún no está preparado para una cultura financiera basada en la confianza, por lo cual consideró pertinente los montos asignados para dicho programa.
De acuerdo con la CNBV, el índice de morosidad de la Banca Múltiple se encuentra en 1.62 por ciento; las Sofipos, enfocadas en sectores más bajos de la sociedad, tienen en promedio un índice de morosidad de 11 por ciento.
La presidenta de la Cámara de Comercio Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México, Ada Irma Cruz Davalillo, consideró que este apoyo debe ser respaldado con capacitación y seguimiento a los beneficiados.
“Porque de otra suerte lo que va a seguir sucediendo es que se va a fomentar un emprendedurismo de prueba y error, y eso es lo menos que se puede tener, porque lejos de impulsar la economía lo que hace es entorpecerla”.
El riesgo de este programas es que no se entregue el dinero a las personas adecuadas sino a quienes quieran aprovecharse para obtener un beneficio personal y no pagar, porque eso puede salirse de control, dijo Cruz Davalillo.
Financiamiento empresarial
Según el último resultado de la Encuesta Trimestral de Evaluación Coyuntural del Mercado Crediticio de Banco de México (julio-septiembre), 74.2% de las empresas encuestadas utiliza el financiamiento de proveedores; 32.3%, el crédito de la banca comercial; 22.4% usa el financiamiento de otras empresas del grupo corporativo y/o la oficina matriz; 4.1%, de la banca de desarrollo; 5.8%, de la banca domiciliada en el extranjero, y 0.5% por emisión de deuda.
Proveedores y banca, los favoritos
Los resultados de la encuesta indican que las dos fuentes de financiamiento más utilizadas por las empresas son los proveedores y la banca comercial, ya que en el tercer trimestre de 2018 se observó una reducción en la proporción de empresas que utilizaron el financiamiento de proveedores como en aquellas que usaron créditos de la banca comercial.