Edición genética: el balance entre el poder y la ética

Existe una idea conocida, una vieja expresión de James Watson, en la que se refiere al ADN como “el secreto de la vida”.

Edición genética: el balance entre el poder y la ética (Estelí Meza)
Nexos
Ciudad de México /

Por: Rodrigo Sánchez-Villa

Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos

Supongamos que existe un 100 % de eficacia y seguridad al editar el genoma de un humano: ¿qué enfermedades deberían ser curadas?, ¿estamos listos para erradicar toda enfermedad de la vida humana?, ¿quién tendría acceso a esta clase de tecnología, es decir, debería ser un bien público o privado? Si cada nación tiene su regulación interna, ¿cómo podemos evitar el “turismo” genético? La única certeza es que para llegar a un consenso se requiere de nuestra disposición para dialogar. Frente a las preguntas que nacen de la edición genética, es imperante señalar que, la analogía del editor de palabras no engloba las responsabilidades éticas de editar seres orgánicos, se escapan las peligrosas implicaciones de editar nuestra morada, nuestro cuerpo.

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