Por: Miguel Martínez-Ramos
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
Necesitamos trabajar urgentemente para cambiar este escenario deprimente e insostenible. En términos generales, está claro que nuestra situación actual ha resultado de una falta de equilibrio entre las tres dimensiones principales que afectan el bienestar humano: el medio ambiente, la sociedad y la economía. Los sistemas económicos, en su mayoría aquellos que se relacionan con grandes consorcios, se han expandido enormemente, con efectos negativos en las dimensiones ambiental y social. Gran parte de la humanidad no ha recibido los beneficios del extraordinario crecimiento económico de las últimas décadas, como lo demuestran las tremendas disparidades de riqueza entre las sociedades y dentro de ellas. En ese contexto, el mayor desafío es encontrar formas de desarrollo en las que las dimensiones sociales y económicas puedan dejar el camino de la degradación en favor de uno de sustentabilidad. Para afrontar este reto, es importante seguir fomentando las actividades científicas, formativas y educativas.