¿La obesidad es o no una enfermedad?: pros y contras de un debate vivo

Es común encontrar que la literatura especializada o los medios de comunicación se refieren a ella indistintamente como enfermedad o factor de riesgo.

Definir a la obesidad como enfermedad no sólo alienta la mejora del diagnóstico, sino también del tratamiento.
Nexos
Ciudad de México /

Por: Paloma Villagómez Ornelas y Rafael Almendra-Pegueros

Ilustración: Guillermo Préstegui, cortesía de Nexos

Definir a la obesidad como enfermedad no sólo alienta la mejora del diagnóstico, sino también del tratamiento. Sólo 8 % de la población con obesidad en nuestro país recibe atención y el tratamiento brindado está lejos de seguir las recomendaciones más recientes que permiten lograr la pérdida de peso.3 Entre las causas de la atención deficiente están: la falta de actualización de guías de práctica clínica, personal de salud sin competencias necesarias y falta de integración de equipos multidisciplinarios en los centros de atención a la salud,4 además de las dificultades para la adecuación del discurso médico a cada caso específico y la falta de acceso a servicios de salud entre la población con sobrepeso. Caracterizar a la obesidad como una enfermedad busca, precisamente, acercar a los proveedores de salud a la educación multidisciplinaria en materia de prevención, diagnóstico y atención de la obesidad, reduciendo así el uso de estrategias y tratamientos inadecuados para la reducción del peso corporal, no basados en la ciencia.

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