Tifo, influenza y Revolución 1915-1918

Las epidemias de tifo e influenza de 1915 y 1918 se propagaron en el país en zonas fuertemente golpeadas por la contienda militar.

Revolución (Victor Solís)
Nexos
Ciudad de México /

Por: América Molina del Villar

Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos

La epidemia de tifo fue muy severa entre 1915 y 1916, después de librarse las batallas de Zacatecas a fines de 1914 y las de Celaya y el Bajío entre abril y junio de 1915; azotó con crudeza las ciudades de México, Chihuahua, León, Guadalajara y San Juan del Río (Querétaro). El tifo, también denominado “fiebre de las trincheras”, aparecía en contextos bélicos de hambre e insalubridad. El país se convirtió en un caldo de cultivo para la propagación de esta enfermedad. La situación era similar a la europea durante la Primera Guerra Mundial, donde se habían emprendido diversas acciones para frenar los contagios entre los soldados. En las trincheras se construyeron trenes-baños especiales, a los que debían acudir los soldados sin excepción. En uno de los cuartos se despojaban de sus ropas sucias, las cuales pasaban a una caldera de agua hirviendo. En otra habitación los soldados tomaban un baño tibio y luego se trasladaban a un cuarto, donde debían vestirse con ropas desinfectadas. Las trincheras eran desinfectadas con azufre. A algunos soldados se les vestía con seda, considerando que “el piojo como buen plebeyo era enemigo de la seda”.

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