Históricamente invertir en instrumentos dolarizados ha sido considerado una estrategia segura y conservadora, especialmente como protección contra la posible depreciación de la moneda local. El dólar estadounidense, debido a la estabilidad política y económica de Estados Unidos, es visto globalmente como un activo de gran seguridad. Su aceptación universal y la fortaleza de la economía estadounidense hacen que el dólar sea un refugio atractivo en tiempos de incertidumbre. Sin embargo, en el contexto de países emergentes, las condiciones económicas y políticas tienden a ser significativamente diferentes, con menor estabilidad política y económica, ciclos económicos más erráticos y una mayor dependencia del ciclo económico global.
Un ejemplo reciente de la depreciación del peso frente al dólar ocurrió al inicio de la pandemia de covid 19. Este evento inesperado provocó una caída abrupta en la economía global, impulsando un flujo masivo de capitales hacia activos considerados refugios seguros, entre los que se incluía el dólar estadounidense. Durante este período, el peso mexicano se depreció notablemente, alcanzando un valor cercano a 24 pesos por dólar. Esta baja en valor reflejó no solo la incertidumbre económica global, sino también las tensiones internas y externas que afectaron a la economía mexicana.
Este tipo de eventos puede generar la percepción de que invertir en instrumentos dolarizados es la mejor forma de protegerse contra tales fluctuaciones monetarias y que, a lo largo del tiempo, ofrecerán mejores rendimientos en los portafolios de inversión. Sin embargo, es importante recordar que el desempeño del peso frente al dólar está influenciado por múltiples factores. Estos incluyen la política monetaria y las decisiones de los bancos centrales, como el Banco de México y la Reserva Federal de Estados Unidos, el desempeño de la economía global, la estabilidad política del país y las relaciones comerciales, así como las tensiones internacionales.
En los últimos años, el comportamiento del peso respecto al dólar ha demostrado una notable fortaleza. Desde el valor de 24 pesos por dólar en 2020, el peso se ha apreciado, alcanzando niveles cercanos a 16.50 pesos por dólar durante el primer trimestre de este año. Esta apreciación representa un aumento aproximado del 31%, un fenómeno que ha sido denominado “el superpeso” debido a la magnitud de la apreciación.
Dado este contexto, es crucial aclarar algunos mitos y realidades en torno a la inversión en dólares:
1. Mito: Invertir en dólares siempre es lo más seguro. Aunque la dolarización puede ofrecer una cierta protección contra la depreciación de la moneda local, no es una garantía absoluta. La moneda estadounidense presenta fluctuaciones significativas que pueden impactar negativamente en los portafolios. La volatilidad inherente a estas fluctuaciones puede no ser adecuada para todos los perfiles de inversores, especialmente aquellos que buscan estabilidad a corto plazo. Si tomamos de ejemplo del mercado de capitales local que presenta una volatilidad en los últimos doce meses por arriba del 15% respecto a un 11.50% del tipo de cambio, no muy lejano comparativamente.
2. Realidad: La diversificación es crucial. Un portafolio bien diversificado, que incluya activos en diferentes monedas y mercados, tanto locales como globales, ayuda a mitigar riesgos y aprovechar oportunidades en distintos contextos económicos. La diversificación permite a los inversionistas protegerse contra la volatilidad específica de un solo mercado o moneda.
3. Mito: El dólar siempre se aprecia frente al peso. La experiencia reciente muestra que este no es necesariamente el caso. La fluctuación del tipo de cambio depende de una diversidad de variables, incluyendo políticas monetarias, cambios económicos globales y eventos internacionales. Aunque históricamente el dólar ha tenido períodos de apreciación, esto dependerá del horizonte de inversión y de si coincide con un período de apreciación o depreciación.
4. Mito: Invertir en dólares es accesible sólo para grandes capitales o mediante la compra de dólares en efectivo. Hoy en día, existen numerosos instrumentos financieros que permiten a los inversores tener exposición a activos dolarizados sin necesidad de comprar dólares en efectivo. Estos instrumentos incluyen fondos de inversión, bonos y otros activos financieros que ofrecen rendimientos basados en tasas de interés dolarizadas o exposiciones a mercados internacionales, proporcionando una alternativa accesible para inversores con diferentes tamaños de capital.
Invertir en dólares puede ser una opción válida dentro de una estrategia de diversificación en nuestros portafolios, pero es fundamental considerar los objetivos y horizontes de inversión para tomar decisiones informadas. Los objetivos de un inversionista no necesariamente están alineados a la fluctuación cambiaria o al desempeño único del dólar americano. Por ejemplo, no es lo mismo considerar una exposición en dólares para un inversionista con ingresos y necesidades de gastos en pesos para los siguientes cinco años, que busca proteger el valor de su capital frente a la inflación en México, respecto a un inversionista que tiene obligaciones de gasto en dólares en los siguientes doce meses. Evaluar cuidadosamente estas diferencias ayudará a tomar decisiones más acertadas y adaptadas a las necesidades individuales.