Desde su creación, el 29 de agosto de 1978, la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) ha sabido constituirse como una institución de educación superior que responde con puntualidad a los requerimientos de la sociedad en el campo de la formación de profesionales de la educación. En sus inicios, centralmente para atender las demandas formativas del magisterio y más adelante, abriendo sus puertas a la formación de otros profesionales de la educación. A 46 años de su creación, propios y extraños reconocen LA GRANDEZA DE LA UPN, por mantener un posicionamiento crítico ante la realidad social y educativa, expresada en el sentido formativo de sus programas educativos.
La transferencia administrativa de que fue objeto la UPN en 1992 la colocó en una situación vulnerable ante la cultura política y condiciones diferenciadas de las administraciones estatales, que además les otorgaban la tutela de administrar toda la educación básica. En estos escenarios la UPN vio truncado su desarrollo institucional como una verdadera institución de educación superior en sus tareas sustantivas de docencia, investigación y difusión. El olvido y abandono institucional, desde entonces, por parte de las administraciones federales y estatales se decretó sin dar marcha atrás. Sin embargo, en cada entidad federativa, en cada unidad de UPN, en cada subsede, emergió con fuerza, la naturaleza, sentido social y grandeza de la UPN.
LA GRANDEZA DE LA UPN se ha expresado en la lucha que sostiene cada unidad UPN contra la adversidad e indiferencia institucional de los gobiernos federal y estatales. Escaso o nulo apoyo financiero, ausencia de programas de infraestructura, nulo presupuesto para creación de plazas docentes y no docentes, eliminación de programas de apoyo a la tarea académica, abandono en la atención y cumplimiento de los cuadros de prestaciones y promociones del personal, y por supuesto, de la indefinición jurídica y normativa de su vida institucional. Las unidades UPN han vivido el trato diferenciado y prioritario que se ha dado a otras instituciones de educación superior, ¡¡como si la UPN no lo fuera!!, en materia presupuestal y de infraestructura.
LA GRANDEZA DE LA UPN se expresa en la formación de cada uno de sus estudiantes y egresados. En sus procesos formativos y en la práctica se acompañan de una mirada crítica ante las problemáticas educativas, de una capacidad de análisis para aclarar sus posicionamiento político-pedagógico-ético y de un pensamiento creativo para estructurar propuestas de investigación, intervención e innovación. En cada una de nuestros estudiantes y egresados se expresa el sentido de la educación pública. Una formación que lleva tatuado en cada una de ellas y ellos el lema de “Educar para transformar”.
LA GRANDEZA DE LA UPN se encuentra en su personal docente y no docente, que independientemente de su condición laboral (de contrato, interino, comisionado o de base) tiene presente que su trabajo contribuye para sostener cada día a la UPN en distintos escenarios adversos. El trabajo académico del personal docente ha sido referente para dar rumbo a la educación en nuestro país a través de investigaciones, libros, ponencias, tesis, prácticas y posicionamientos. Ha sido un baluarte para la construcción de narrativas críticas en educación. En todo ello, el personal no docente le acompaña con su esfuerzo, dedicación y soporte en sus diferentes tareas encomendadas.
LA GRANDEZA DE LA UPN no está en duda. En sus 46 años ha demostrado que es una institución resiliente ante las adversidades. Hoy, a sus 46 años, los gobiernos federal y estatales tienen una deuda con la UPN. No basta con la intención de definir su condición jurídica, se requiere de una bolsa presupuestal que le de certeza y claridad para su desarrollo institucional integral en materia de infraestructura, operatividad, recursos humanos, recursos materiales y de impulso a su proyecto académico. La grandeza de la UPN se encuentra en la pertinencia de la formación de profesionales de la educación que se articula con las intenciones de transformación educativa y social particularmente porque ese es su sentido “Educar para transformar”.