Frente a la tentación de asegurar que la primera característica a destacar de la nueva versión fílmica de Pedro Páramo es la fotografía, con base en la obviedad de que su director, Rodrigo Prieto, ha sido multinominado en esa categoría al Oscar años atrás, se impone más bien la idea de que con el libreto de Mateo Gil para Netflix la narrativa adquiere un carácter didáctico para quienes quedaron atrapados y confundidos con la trama literaria, que no son pocos.
Contra la opinión de quienes pueden ver con decepción cómo la película pasa de un escenario a otro, facilitando la comprensión a quienes pudieron extraviarse en la prosa exquisita de Juan Rulfo y revolverse con los personajes, Prieto ha logrado capturar ese entorno enigmático de la Comala de la novela, ese pueblo fantasma del que se evoca en algún momento su “gentío de ánimas”, una de las líneas más afortunadas del libro.
La trama cumple con los puntos clave de la novela de Rulfo. La convivencia con los muertos, la pobreza del México rural revolucionario y cristero, los abusos de los cacicazgos, las resistencias primitivas de los curas, el colorido de las fiestas cuando de diversión se trata y un lenguaje coloquial llevado a los más altos niveles literarios, que ha valido a Rulfo el reconocimiento internacional.
El diálogo del cura Rentería con una fiel es inmenso:
“Sintió que olía a alcohol.
—¿Qué, ya te emborrachas? ¿Desde cuándo?
—Es que estuve en el velorio de Miguelito, padre. Y se me pasaron las canelas. Me dieron de beber tanto, que hasta me volví payasa.
—Nunca has sido otra cosa, Dorotea.”
De vuelta con la fotografía, es afortunado el contraste entre los días a golpe de sol, como el del arranque cuando oímos la célebre frase de que fue a Comala a buscar a su padre, un tal Pedro Páramo, con la noche, que bien captura estas líneas de Rulfo: “Aquí esas horas están llenas de espantos. Si usted viera el gentío de ánimas que andan sueltas por la calle. En cuanto oscurece comienzan a salir. Y a nadie le gusta verlas”.
Con el empuje de la película, esta novela de 1955 está hoy entre los libros más vendidos.