Enloquecí de felicidad con “La tiendita de los horrores” en el Teatro Hidalgo.
Amo ese musical. Amo ese elenco. Amo lo que Juan Torres está haciendo.
Le explico: hay musicales de todo tipo. A mí me gustan mucho los musicales para echar relajo. Historias disparatadas para ir disfrazado, cantar y bailar como “El show de terror de Rocky”.
“La tiendita de los horrores” es precisamente ese tipo de espectáculo. Si usted está esperando grúas que suben y que bajan, densidades filosóficas o denuncias sociales entre música de vanguardia y coreografías apoyadas en efectos especiales, con la pena, por aquí no es.
Pero si lo que quiere es una experiencia familiar para desconectarse de sus problemas, para ponerse de buenas, atacarse de risa con las cosas más simples del universo y volver a ser niña, volver a ser niño. ¡Ya la hizo! ¡Flotará como yo!
A mí no me tocó la versión cinematográfica de los años 60 con Jack Nicholson, pero vi la de los 80 y desde entonces, cuando me entero de que este musical está en cartelera, corro a verlo con la misma fe con la que voy a ver “Jesucristo Superestrella”, “La jaula de las locas” y todos los clásicos.
Sé a lo que voy. Sé que no me voy a decepcionar.
“La tiendita de los horrores” es una alucinación muy boba que narra la historia de pura gente fracasada cuya vida cambia con la llegada de una planta muy especial.
No, no es una planta bonita. Es una planta… ¡del espacio exterior! Lo de “tiendita” viene al caso porque la acción se desarrolla en una pequeña florería del centro de una gran ciudad entre rock and roll y chistes.
Se la recomiendo mucho a las nuevas generaciones, a las niñas y los niños pequeños. Aquí se divierten porque se divierten porque, además, la “plantita” es como un puppet.
Hablemos del reparto: “La tiendita de los horrores” no es el típico musical donde brillan uno o dos actores protagónicos. ¡No! Es como “Vaselina”, una experiencia muy coral.
¿Por qué le digo esto? Porque aquí, algunas de nuestras más grandes estrellas, hacen papeles aparentemente pequeñitos y más de una persona se podría preguntar: ¿por qué?
La respuesta es muy simple: porque es “La tiendita de los horrores”. No hay manera de no matar por estar ahí, por no divertirse escena por escena.
¿Sabe usted quién es la gran figura estelar femenina de este proyecto? Chantal Andere y, se lo juro, pocas cosas en la vida pueden ser más maravillosas que gozar a esta monumental actriz haciendo un musical.
Chantal, además, en comedia, es lo máximo. ¡Qué capacidad para hace reír a la gente! ¡Qué manera tan más hermosa de poner en escena a su niña interior!
Lorena D’ La Garza, que es de lo mejor que tenemos en México, hace una actuación especial de “corista”, que uno se “muere” de emoción. ¡Qué lujo!
Oscar Acosta es una figura muy peculiar en este estreno. Seguramente usted no lo conoce a profundidad porque no trabaja de estrella. Aunque lo hemos visto en conceptos como “El mago”, él es más director vocal, escenógrafo.
Bueno, no sabe usted el tamaño de monstruo en el que se convierte en “La tiendita de los horrores”.
Yo lo veía y decía: ¿dónde estuvo este hombre en los últimos 20 años? ¡Es enorme! No cualquiera comparte escena con Chantal o con Lorena sin desentonar. Y él no sólo lo hace, triunfa.
Sergio Jurado está espléndido. La voz de Crisanta Gómez es magnífica. Juan Fonsalido es chistosísimo. Y aquí me podría quedar todo el día actriz por actriz, actor por actor, talento por talento. ¡Felicidades a todas! ¡Felicidades a todos!
¿Qué es lo que Juan Torres está haciendo? Un sueño teatral.
Juan es el productor. El mismo de todas las obras que hemos visto en el Teatro Hidalgo en los últimos años.
Este hombre no sólo ha triunfado con un montón de títulos y le ha dado trabajo a decenas de familias. Por un lado, ha formado una compañía. Y, por el otro, ha creado un público.
Sus actores son sus actores. Sus músicos son sus músicos. Sus directores son sus directores. Hay lealtad. Hay amor.
El público, por su parte, después de tantas obras, ya lo busca, ya va al Teatro Hidalgo buscando su estilo.
Esto sólo muy pocos productores lo consiguen. ¿Ahora entiende cuando le digo que es un sueño teatral?
Luche con todas sus fuerzas por ver “La tiendita de los horrores” ya, ya, pero ya. Le va gustar. De veras que sí.