¿Qué fue lo que pasó con las compañias como Netflix, Disney+ y MAX en 2024? Mucho. Tanto a nivel industria como a nivel espectáculo.
Sí es importante hablar de esto porque ahí estuvieron las claves de muchas de las cosas que marcaron a las multitudes en los últimos 12 meses.
Comencemos por lo más intenso: la parte corporativa. Ya veníamos de un proceso de depuración, del cierre de algunas marcas, de la comercialización donde antes no se comercializaba.
En 2024 esto continuó. Star+ se fusionó con Disney+, HBO MAX cambió a MAX, los precios subieron.
Parece que no, pero sí son cosas importantes como la participación, cada vez más clara, de estas plataformas en la transmisión de conciertos, eventos deportivos, noticiosos y entregas de premios.
Yo sé que suena contradictorio pero entre más se alejan los servicios de “streaming” de los medios tradicionales, más se parecen, a nivel macro, a los medios tradicionales.
Sí hay que aclarar lo del nivel macro porque a nivel micro, son otra realidad. Ahí está la clave de su éxito.
En 2024 muchas de estas empresas jugaron con los formatos hasta acabar con ellos.
Cada vez es más difícil diferenciar una serie de una miniserie, de una película normal, de una película larga, extralarga.
Y si nos vamos a los géneros dramáticos, se pone peor. ¿Qué es drama y qué es comedia, hoy? ¿Qué tan musical debe ser un musical para que lo consideremos musical?
¿Cuál es la frontera entre un ejercicio periodístico tradicional, un documental y un “zoom” como esa obra maestra titulada “Danna: tenemos que hablar” de Disney+? ¡Cuál!
¿Es verdad o es mentira que las animaciones asiáticas se parecen cada vez más a las occidentales y viceversa? ¿Podemos establecer con claridad la diferencia entre las telenovelas de antes y cierto tipo de series que se vuelven cada vez más populares en el mundo del “streaming”?
Esto, aunque muchas personas no lo quieran reconocer, educa y, por lo mismo, en los últimos dos semestres tuvimos a más personas, consumiendo más que nunca en su vida pero en una modalidad que hizo la diferencia: más pero en corto.
No es que las compañías como PrimeVideo, VIX o Apple TV+ no tuvieran la capacidad de sacar completas las temporadas de sus contenidos. Es que nuestro cerebro ahora funciona a otro ritmo.
Ejemplo: antes podíamos ver la sexta temporada de lo que fuera. Ahora vemos esa misma sexta temporada, pero dividida en dos o hasta en tres partes.
La clave del éxito estuvo y está en mantener “caliente” al público. Por eso la gran tendencia de los sistemas de creación y de distribución de contenidos en línea estuvo en la saturación de estímulos.
Las que más triunfaron fueron las que más estrenos tuvieron, las que más jugaron con el sistema nervioso de las audiencias, las que más ruido generaron.
Y en medio de todo esto, el español cobró una importancia fundamental como idioma. Veníamos de la biculturalidad. Esta industria tiende a privilegiar, cada vez más, a las comunidades hispanoparlantes de todo el mundo.
Por eso, en 2024, hasta Hulu apostó por contenidos en español como “La máquina”.
Por eso, en el año que acaba de terminar, hasta Apple TV+ le dio vuelo a todo un menú de contenidos mexicanos como “Las azules” y “Familia de medianoche”.
Yo sé que en este país, que en esta región, hay mucho malinchismo pero el 24 nos demostró que somos potencia, que somos fundamentales.
Si no, por favor explíqueme por qué las grandes corporaciones globales se esmeraron en consentirnos y en legitimarse ante nosotros convirtiendo en cine o en serie muchos de nuestros más grandes tesoros culturales como “Pedro Páramo”, “Cien años de soledad” y “Como agua para chocolate”.
Para saber quién es quién, hay que mirar las plataformas y en 2024 fueron la clave de muchos temas fundamentales que nos marcaron más allá de lo evidente. ¿O usted qué opina?