Hablar de Canal 22 se ha convertido en algo complicado. ¿Por qué? Porque los conservadores no paran de atacarlo.
No lo ven, pero allá van, a volcar su odio publicando y comentando cualquier cantidad de barbaridades menos las que genuinamente se tendrían que comentar.
Y muchas personas, que tampoco lo ven, caen en las garras de la infodemia y al final queda una sensación bastante injusta, negativa.
Le suplico que se quede conmigo hasta el final de esta columna porque hoy le voy a hacer a Canal 22 una crítica bastante dura.
Queridos amigos (y enemigos) conservadores: lo que ustedes han dicho del otrora canal cultural de México es lo menos grave de lo que está pasando con Canal 22.
Los verdaderos problemas de esta frecuencia son: Uno, que no la ve nadie. Y dos, que la Cuarta Transformación jamás pasó por ahí.
¿A qué me refiero con eso de que a Canal 22 no lo ve nadie? A la verdad.
Se supone que ésta es la señal de la comunidad artística, científica y cultural de México y, con la pena, quién sabe qué sea eso, producir sólo para ellos se me hace el acto de elitismo más ocioso del universo y no conozco un estudio profesional que diga que las mujeres y que los hombres del arte, la ciencia y la cultura, cuando encienden su celular, pongan Canal 22 antes que cualquier otra cosa.
Hay que trabajar para las audiencias, para todas, y en el caso muy específico de los medios públicos, entregarles las cámaras y los micrófonos. En resumen: Canal 22, fracaso total.
¿Qué le trato de decir cuando afirmo que la Cuarta Transformación jamás pasó por ahí si los enemigos del sistema se la han pasado en el escándalo porque, se supone, pasa puros contenidos chairos?
Volvemos a lo mismo: la verdad. Que Canal 22 incluya de vez en cuando coproducciones como “El Chamuco” no lo convierte en un canal chairo. ¡Ojalá lo fuera! ¡Con qué poca agua se ahogan!
La gran bronca de Canal 22 es que durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, en lugar de volverse chairo, siguió instalado en el modelo cultural neoliberal.
¿Sabe usted el bien que le hubiera hecho a México, de 2018 a 2024, al menos una barra de programación que hubiera entendido a la cultura desde una perspectiva de izquierda?
Bueno, eso fue lo que jamás vimos y fue tan escandaloso que hubo un momento, a principios de este año, como que alguien se acordó que Canal 22 era de la Secretaría de Cultura, que a pesar de eso jamás había reportado bien los muy admirables logros de la Secretaría de Cultura y de la noche a la mañana se improvisó una serie, de corte periodístico, titulada “Cultura compartida”, para ver si en un mes se conseguía lo que no se consiguió en seis años.
Para no hacerle el cuento largo, hasta ahora, con la administración de Claudia Sheinbaum, Canal 22 está haciendo lo que le correspondía desde que inició la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
Ahora sí, Canal 22 está girando hacia la izquierda. Ahora sí, atáquense, conservadores, porque ya no les van a dar por su lado haciéndolos sentir superiores etiquetando a la cultura como un privilegio.
Ahora sí, insisto, Canal 22 está entendiendo a la cultura como un derecho y la está convirtiendo en televisión abierta pública nacional y a las pruebas me remito: “Original 2024” y el programa especial del domingo 24 de noviembre.
Lo de “Original” se lo reporté aquí mismo la semana pasada. Lo del programa especial fue increíble.
Le explico: con cero producción, austeridad total, la gente de Canal 22 juntó al inmenso Pablo Iglesias del Canal RED con la extraordinaria periodista Luisa Cantú en una mesa de antología moderada por la excelente María José Alonso.
Jamás había visto algo así en México. Y mire que en la televisión de nuestro país las mesas de análisis se multiplican como hongos.
Se explicó con peras y manzanas cómo funciona la derecha y cómo, la izquierda. Se habló de Estados Unidos. ¡Se habló de todo!
Fue una cátedra de política aterrizada para las audiencias de 2024 porque, seamos sinceros, no es lo mismo hablar de socialismo hoy que como se hacía en los años 70 del siglo XX.
¡Ahí está la nota! En la actualización. En la claridad. En la valentía. En el cambio generacional.
Ese material tendría que volar en “shorts”, en “tiktoks”, en podcasts.
Es justo lo que más le hacía falta a los medios públicos nacionales. Son otros rostros. Otros tonos. Menos protagonismo. Menos rencores. Menos arrogancia. ¡Gracias! Ojalá se hubiera hecho en diciembre de 2018.
Perdón por todo este chorote pero ante el cerco informativo y las campañas de desprestigio que ha padecido Canal 22 desde hace seis años, era necesario.
Luche con todas sus fuerzas por ver el programa especial con Pablo Iglesias, Luisa Cantú y María José Alonso en YouTube. Le va a gustar. De veras que sí.
¡Y bienvenida la Cuarta Transformación a Canal 22! ¡Bienvenido el Segundo Piso! Más vale tarde que nunca. ¿A poco no? ¡Felicidades!