Lo que acaba de pasar con Claudia Sheinbaum en Jalisco es particularmente importante.
¿Por qué? Porque nos habla de liderazgo, de respeto, de reconocimiento, de compromiso y, por supuesto, de amor.
En el remoto caso de que usted no lo sepa porque se la ha pasado leyendo cosas que se escribieron desde hace mucho, porque estos temas no se tocan en los noticiarios o porque simple y sencillamente anda en otros asuntos, le explico:
Jalisco es uno de los estados más importantes de nuestro país. Y no sólo estoy hablando de su economía. Ahí tenemos cultura, ahí tenemos turismo. Ahí lo tenemos todo.
El gobernador del estado de Jalisco es Pablo Lemus. ¿De dónde viene este señor? Del partido Movimiento Ciudadano, el que habló pestes de Morena en las pasadas elecciones. ¿Se acuerda?
Hasta hace algunos sexenios, era del dominio público que los presidentes favorecían a sus estados o a los que eran gobernados por gente de su partido.
No voy a hablar mal de nadie. Usted tiene buena memoria. Era muy obvio pero, sobre todo, era injusto para los estados de la oposición.
Claudia Sheinbaum, de Morena, no para de trabajar y como todas y todos hemos visto, se la pasa recorriendo el país.
Para ella hubiera sido muy fácil decir: “nada para Jalisco. Vamos a castigarlos. Ni voy, ni los tengo que atender ni nada de nada”.
E igual, para el pueblo de Jalisco, lo más obvio hubiera sido rechazar a la presidenta, ser groseras, groseros, tratarla mal, abuchearla.
¿Qué fue lo que ocurrió? Primero, que la presidenta fue a ese estado con el mismo profesionalismo, entusiasmo y actitud con el que ha ido a todos.
Su encuentro con Pablo Lemus fue un éxito total. No sólo desde el punto de vista de la diplomacia. Ahí ocurrieron cosas importantes para Jalisco y para toda la nación.
Se inauguraron obras. Se pactaron proyectos clave. La información está aquí, en milenio.com.
Y por si esto no fuera lo suficientemente relevante, ¿qué pasó con las mujeres y los hombres de esa entidad federativa, las y los que votaron por Movimiento Ciudadano?
¡Entrega total! Las redes sociales no me dejarán mentir. Ovacionaron a la doctora Sheinbaum con la misma emoción que hemos visto en todos los lugares que ha visitado.
¿Por qué me interesa contarle esto en lugar de publicarle el típico resumen de noticias de fin de año?
Porque usted y yo ya sabemos lo que pasó de enero a acá, porque éstas son las noticias que los cercos informativos no quieren que usted celebre y porque representa un cambio total en la narrativa.
Mientras que los medios tradicionales y los algoritmos insisten en darle más importancia, por ejemplo, a los roces entre senadores para que usted crea que México es un polvorín, la realidad es otra.
Claudia Sheinbaum gobierna para todas y para todos los mexicanos sin importar geografías ni partidos políticos.
En todos los estados se respeta la autoridad de la primera mujer presidenta de México y la gente está contenta.
Observe con detenimiento las sonrisas en los videos. Son de verdad, no aquella cosa terrible del pasado con personas acarreadas que, cuando alcanzaban a salir en alguna toma, nos dejaban ver sus caras de pánico, de “no me gusta estar aquí”.
Qué orgullo cerrar el año con un panorama tan positivo. Qué orgullo vivir lo que estamos viviendo. ¿O usted qué opina?