Inmoralmente derrotados

Ciudad de México /

“Moralmente derrotados”, ¿recuerda esa frase? No me la puedo sacar de la cabeza. Me ha perseguido durante todo lo que va del mes. “Moralmente derrotados” es la definición que usó después de su triunfo en 2018 el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador para referirse a la oposición. “Moralmente derrotados”. La frase por sí sola era ya un golpazo, de entrada, porque era verdad.

Precisamente por ello es que hoy le doy una y otra vuelta en la cabeza. ¿Seguirá siendo verdad? Hace apenas unos días el partido en el poder llevó unas cartulinas con la frase al Senado. Para su mala suerte, en las fotos que se usaron para la crónica, “Moralmente derrotados” quedó como escenografía para un ex gobernador comprado por el partido en el poder que, estrenando su puesto como senador guinda, pronunciaba un apasionadísimo discurso desde la tribuna. La sarcástica postal hacía imposible evitar la pregunta ¿moral o inmoral?

¿O acaso habría que recordar la inmoralidad de comprar al senador Yunes para que entregara el Senado al oficialismo? ¿La inmoralidad de archivar los expedientes que sobre él se tenían? ¿La inmoralidad del propio Senador? Legal seguro era si aplicamos un ligero torzón a los hechos,  pero inmoral no había duda de que lo fuera. “Lo hicieron otros antes”, dijeron, para lo que la respuesta estaba servida en charola de plata: copiar la inmoralidad no los exime, al contrario, los convierte en unos inmorales a conciencia.  A lo cual habría que agregar la doble inmoralidad que le suman todos los que justificaron los hechos. “Vale la pena comprar un senador para que se haga lo que quiere la mayoría”, decían. Hasta risa da el despiste ético, ¿qué parte de que la gente no quería darles la mayoría legislativa no entendieron? Por eso es una ausencia  de valores el haber forzado la sobre representación legislativa. Si 45 por ciento de la población no votó por Morena, es moralmente incorrecto restarle el porcentaje a esas voces.  Y eso es lo que suena mal en la frase “Moralmente derrotados”.  Ya no es verdad.   La oposición está derrotada por sus propios errores, pero también por la inmoralidad bestial del partido oficial.

Que no se nos olvide la diferencia. Legal es usar la super mayoría para que el oficialismo le regale a López Obrador sus reformas. También legal es el que los legisladores ni siquiera tuvieran tiempo de leer esas reformas, legal el que las hubieran aprobado con errores, legal el que tuvieran que hacer otra reforma constitucional para corregir esas mismas reformas constitucionales. Legal, pero inmoral.

Legal la tómbola judicial que a todos avergonzó. Legal correr a la mitad de los juzgadores en 2025 y a la otra mitad en el 2027. Legal pasar a la fuerza la reforma constitucional para hacerla legal.  Legal la nueva ley que impide que alguien se queje de lo que se dicta con las nuevas leyes que ellos hicieron legales. Legal porque aunque muchos de ellos ni siquiera estén de acuerdo, les da la gana de que sea legal. Todo escrito en letras doradas, pero que suenan fatal.

Hace seis años era verdad, la oposición estaba moralmente derrotada. Hoy, por desgracia, no nos queda más remedio que hablar de la ética, las formas, los modos y los valores del partido oficial: la inmoralidad en el triunfo. 

  • Ana María Olabuenaga
  • Maestra en Comunicación con Mención Honorífica por la Universidad Iberoamericana y cuenta con estudios en Letras e Historia Política de México por el ITAM. Autora del libro “Linchamientos Digitales”. Actualmente cursa el Doctorado en la Universidad Iberoamericana con un seguimiento a su investigación de Maestría. / Escribe todos los lunes su columna Bala de terciopelo
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