Tomando para no enamorarme

Estado de México /

“Adiós, Mariquita linda, ya me voy con el alma entristecida por la angustia y el dolor.  Me voy porque tus desdenes, sin piedad han herido para siempre mi pobre corazón”.

El que canta no siempre bebe y el que bebe casi siempre termina cantando, esta relación entre la bebida, refiriéndonos a las bebidas alcohólicas, la música, el amor o desamor, son eternos compañeros de juergas, donde las emociones salen a brote, el sentimiento llega a un punto de éxtasis y uno termina cantando, o aullando, según el tipo de voz. La estrofa del inicio es parte de la canción “Adiós mariquita linda”, una charapera michoacana, interpretada por un sinnúmero de cantantes, tanto nacionales como internacionales. Las charaperas son canciones que en la mayoría de sus letras se aborda el tema del amor, la ausencia o el adiós.

Pero ¿qué sería de las charaperas sin el inigualable charape? El charape, nombre de origen purépecha que se le da a la bebida fermentada hecha a base de pulque con piloncillo, miel, clavo y canela. En otras regiones como Querétaro, específicamente en la población de Sombrerete, se omite el uso de la miel y clavo,sustituyéndolo con cacahuate y anís, existe una variante en la región Pame, San Luis Potosí, donde se emplea una mazorca asada, piloncillo, raíz de zarza y el obligado aguamiel.

En la comunidad de San Nicolás, ubicado a cinco minutos de Ixmiquilpan, en la región del Valle del Mezquital, Hidalgo, se celebra la fiesta del santo patrono, denominada Feria del atole y el charape, que inicia el 8 de septiembre, donde, al término de la ceremonia religiosa, el párroco se traslada a la plaza cívica, realiza una oración y bendice los más de siete mil litros de charape, posteriormente los mayordomos ofrecen una probadita de charape como símbolo de comunión.

El charape lo preparan con distintas frutas como: guayaba, piñón, mamey, nuez, plátano, arroz, y el popular curado. Con antelación los mayordomos maceran los frutos en metate; los zumos y bagazos son puestos en ollas de barro, los mezclan con azúcar y canela, y después el néctar se vierte en barriles para combinarse junto con el pulque.

Volviendo a esta relación entre la bebida y la música nos queda la interrogante del porqué de su parecido en cuanto al nombre. Como ya hemos visto, el charape esta ligado a festividades y carnavales, al igual que las charaperas son símbolo de fiesta, aunque el contenido lírico no sea del todo festivo, por lo que el acompañamiento con el charape es el complemento perfecto para hacer de este par la típica “secuela llorona”, donde unos beben por dolor, otros cantan de alegría y unos más por casualidad.


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