En México se llevó a cabo, este fin de semana, la segunda Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC). Esta convocatoria no tuvo el relumbrón de aquella primera que se llevó a cabo en noviembre de 2022. Sillas vacías y notables personalidades ausentes como la de Javier Milei, de Argentina, el orador principal que canceló su participación. Según cables, los argentinos le reprocharon a su presidente sus constantes salidas mientras en el país se debate con pasión el incremento a los pensionados y otras regulaciones de Estado.
La CPAC nace en Estados Unidos en 1974 como un instrumento ultraconservador de los republicanos. Desde hace seis años Donald Trump se ha adueñado de este aparato que agrupa a grandes personalidades de la ultraderecha en Europa, Asia y América. Fuera de los Estados Unidos, la CPAC se fundó en 2019 en Brasil, donde Milei clausuró el evento, y en México comenzó en 2022.
El objetivo de la CPAC es defender los valores tradicionales y las libertades fundamentales que enfrentan constantes amenazas. En Estados Unidos es un dispositivo de promoción electoral. Defender la vida, la familia, la fe cristiana y las libertades son los imperiosos objetivos para formar alianzas internacionales conservadoras.
La cabalgata de intervenciones fue mediocre. Ni Trump en su mensaje de video, indicó algo nuevo. Lo más rescatable como nota fue el lanzamiento oficial del partido de Eduardo Verástegui. Aunque ya lo había anunciado, Verástegui formaliza ante sus aliados y padrinos la creación un partido de ultraderecha en México. En su intervención volvió a criticar al gobierno catalogando a sus miembros de zurdos corruptos, y a la oposición de inexistente, llamándola “opoficción”. En el país, dijo, no hay una verdadera opción de derecha. El PAN es un partidito de “derechita cobarde”. El PAN ha perdido el rumbo, ha declinado sus orígenes, ha extraviado su identidad. Por ello, sigue Verástegui: “debemos reconstruir la derecha… construir un movimiento conservador que promueva la libertad y la defensa de los valores mexicanos”. Exclamó que muy pronto se iniciará la restauración, ojo con este término, de un nuevo partido: “Verás que sí”, en resonancia de su apellido. La creación de la nueva plataforma política descansará en el Movimiento Viva México y en agrupaciones civiles vinculadas al yunque.
El evento fue descafeinado, pero no por ello debemos subestimarlo. Se hicieron presentes muchos católicos de derecha, varias monjas circularon por los siniestros pasillos atiborrados de actores antiderechos. Muchos sacerdotes y damas de la vela perpetua bien disfrazados.