Último miércoles. Faltan seis días. Alguno, largo. Como lo será este jueves 26. Diez años de la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Normal Rural ‘Isidro Burgos de Ayotzinapa, a 250 kilómetros de Iguala, en Guerrero. Durísima coincidencia de calendario justo con el cierre de su gobierno, que en campaña prometió resolver y encontrarlos. El tema, manoseado, enlodado, utilizado, politizado, se convirtió en ese fantasma permanente que rondó al inquilino de Palacio estos casi seis años… y que probablemente lo acompañe en sus maletas. En eso se va la conferencia, inevitablemente.
El reportero Carlos Montesinos le pregunta si al cierre del sexenio considera que el Ejército queda exonerado del caso. Por respuesta, el Presidente señala que el martes envió una carta a las madres y padres de los normalistas. “Hice el compromiso con ellos de buscarlos hasta encontrar a los jóvenes, y trabajamos en eso todo el tiempo; se avanzó, no como quisiéramos, pero no es un expediente cerrado”. Y hace poner la larga carta en la pantalla y la lee de pé a pá. Paradójicamente se lleva en ello exactamente 43 minutos, sin detenerse.
En el cierre, la misiva dice “les expreso que hasta el último momento de mi gobierno continuaremos buscando a los jóvenes y considero que este vergonzoso y lamentable asunto no debe cerrarse nunca, es un expediente abierto; y si nosotros no podemos esclarecerlo, deseo de todo corazón que lo logre la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, una mujer de principios, convicciones y partidaria de la justicia”. Del ese texto, de cada punto y de cada coma y sobre todo de cada entrelínea, van a ocuparse a detalle analistas en los siguientes días y meses y años. Es el informe que cala. Hace unas semanas los deudos se pararon de la mesa diciendo que ya no tenían nada que hablar con él; duro golpe de despedida.
¿Sobre la decisión del gobierno de España para no acudir a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum tras ser excluido el Rey Felipe VI de la lista de invitados? El Presidente responde: “yo apoyo a la presidenta electa. Si ella ya tiene una postura, la suscribo… nunca ha habido ningún problema, nada más es ese acto de prepotencia… ojalá y ellos rectifiquen. ¿Qué les cuesta ofrecer una disculpa? Ya lo han hecho en otros casos, ¿por qué con los pueblos originarios de México no?”. Y les recuerda que “dos bancos españoles, Bancomer y Santander, creo que lograron la mitad de todas las utilidades de la banca extranjera en México”.
Pide a la gente que no espere en Palenque: entregando la banda, se va a quedar unos días más por acá. Llegará sin avisar. Ya está haciendo cajas: “Ya estoy en la mudanza, pero estoy viviendo aquí”. Algo falta todavía para la noche de lunes; que será bajo otro techo.
Mientras, vuelve a advertir sobre su sucesora: “Ya dije que Claudia tiene cabeza, corazón y carácter, ¿eh?, sobre advertencia no hay engaño. No vaya a ser que van a pensar que va a ser manipulable y le va a dar miedo, no. Ya lo dije una vez, se los repito: yo soy ‘fresa’, soy moderado”. “De una vez también aprovecho para decir: yo no voy a tener comunicación con ella, porque ahí andan los adversarios diciendo que como en Palenque hay internet —afortunadamente— , va a haber comunicación. No, yo voy a dejar el internet, el teléfono, las redes sociales… y solamente que ella me visite… pero no me va a visitar, ya le he dicho y lo digo públicamente, porque ella es muy capaz, que no la subestimen”.
Contra el tiempo, una hora después, tiene una cita a tres cuadras. Hay que hacer una crónica aparte. Fue en uno de los patios de la Secretaría de Educación. Lo observo, hablando de Maquiavelo. Y contemplando los murales de Diego Rivera por última vez….
@diazbarriga1