Si la inepta y sectaria Rosario Piedra fue reelecta en la CNDH, ahora el peor ex gobernador de Veracruz y el más pedestre de los empoderados por el lopezobradorismo será integrado al equipo presidencial.
Emocionada, Claudia Sheinbaum informó ayer en Orizaba:
“Me da gusto, cariño, nostalgia, muchas cosas, que el día de hoy se despida Cuitláhuac como gobernador”.
Y como si los veracruzanos adoraran al rufián, añadió: “No se preocupen, se va a ir a trabajar conmigo, ya luego les platico dónde. Se va al gobierno federal. Ya en su momento les vamos a informar en qué parte importante, estratégica del gobierno, va a colaborar”.
El anuncio ha de agraviar también al coordinador de los diputados de Morena, Ricardo Monreal, a cuyo secretario técnico en la Jucopo del Senado en la pasada legislatura, José Manuel del Río Virgen, García encarceló achacándole un asesinato político (otra de sus criminales persecuciones fue contra la jueza Angélica Sánchez Hernández, a quien se le detuvo dos veces por acatar un amparo, la segunda en Ciudad de México con apoyo de la Guardia Nacional).
Metió a la cárcel al menos a una veintena de opositores y funcionarios incómodos y su cacicazgo estuvo marcado por la opacidad en el manejo de los recursos públicos.
La corresponsal de MILENIO en Veracruz, Isabel Zamudio, reseña que García deja incumplidas entre sus promesas de campaña la identificación de miles de fragmentos de restos humanos recuperados en fosas clandestinas por colectivos de familias de desaparecidos y lo responsabiliza de que nunca entró en vigor la Ley Vicaria para la alerta de género y que se negó a aceptar una tercera alarma por desaparición de mujeres.
Incapaz de expresarse con claridad, porque sus paranoides y altaneras declaraciones están plagadas de galimatías, el majadero y retador Cuitláhuac se esmeró en imitar el estilo pendenciero de su promotor AMLO, sobre todo para bulear y calumniar a periodistas y críticos.
Según el Observatorio Universitario de Violencia Contra las Mujeres, durante su mandato, el delito de desaparición repuntó con 527 feminicidios, 512 homicidios, tres mil 515 desapariciones y dos mil 806 casos de violencia o agresiones.
En su crónica, Isabel recuerda una docena de masacres pendientes de resolver, entre otras las ocurridas en 2019 en el bar Caballo Blanco de Coatzacoalcos, con 34 personas asesinadas, y la de Minatitlán, con 14 víctimas acribilladas.
La ex senadora y actual diputada local por el PAN Indira Rosales le espetó en su cara, sin que Cuitláhuac la refutara, que deja Veracruz en el primer lugar nacional en secuestro, segundo en extorsión y corrupción (70 por ciento en adjudicaciones directas), tercero en robo con violencia, séptimo de mayor incidencia delictiva y sexto en delitos contra la vida, el cuarto en feminicidios, el sexto en desapariciones y el décimo en trata de personas.
De ahí lo preocupante de la invitación presidencial.
Cuitláhuac salpica de probada ineficiencia, prepotencia y mediocridad al gabinete de Sheinbaum...