La combativa portavoz de los trabajadores del Poder Judicial de la Federación, Patricia Aguayo, encarna la indignación, la incertidumbre y el horror que vive su gremio y, pese a estar contra la reforma, el pasado fin de semana se animó a participar en la elección de jueces, magistrados y ministros... y fracasó.
“No lo hice solo por contender, sino para poner a prueba lo que se prometió. No quise dejarle el espacio a pura gente de Morena y opté por participar apoyada en mi carrera judicial de más de 22 años”, me dice.
Tres razones la motivaron: a) el escaso interés que se reflejó hasta el viernes, cuando se contabilizaban menos de tres mil aspirantes; b) la curiosidad por experimentar la inscripción electrónica y c) la remota posibilidad de alcanzar el cargo de magistrada.
Aguayo no es juez, sino secretaria del Décimo Tribunal Colegiado en Materia Laboral, pero durante casi un año suplió al magistrado que tenía de jefe y falleció. Quizá vuelva a ocupar el cargo porque, ante el desastre que se perfila para más de mil 800 juzgadores federales (muchos han preferido renunciar y otros jubilarse), el Consejo de la Judicatura contempló el tema de los secretarios que quedarán en funciones para suplir a magistrados y jueces que ya no estarán.
Se puso a navegar en las plataformas de los comités de selección del Ejecutivo y el Legislativo, y ninguna le permitió apuntarse.
“Revisé de nuevo las tres convocatorias y la única que previó un medio de impugnación por cualquier irregularidad fue la del Poder Judicial, un número o correo electrónico para quejarse ante el Comité de Evaluación, pero las del Ejecutivo y el Legislativo no indicaban a quién recurrir”.
Está convencida de que la súbita multiplicación de aspirantes tiene una sola explicación: el acarreo, como se constató con la llamada de la diputada morenista de Michoacán Sandra Olimpia Garibay Esquivel que dio a conocer Ciro Gómez Leyva (“Es urgente que se registren hoy, porque ya se cierra mañana; y que me manden los registros para yo tratar de impulsarlos. Si tienes amigos que quieran ser juez federal necesito que se registren ya, ahorita, en estas plataformas, y me manden los folios para yo reenviarlas al nacional…”).
Pero el acarreo no solo fue telefónico: entre los repentinos veintitantos mil solicitantes de que se ufanó el oficialismo hay jueces federales que reprobaron exámenes para ascender a magistrados y jueces de los menos incompetentes de los tribunales de justicia de los estados gobernados por Morena.
“Las plataformas no funcionaban. El sábado, como aviso urgente, el Senado puso a disposición tres direcciones de correo y jamás tuve el acceso”, me comenta Patricia.
Para quejarse, ayer por la tarde acudió a la Oficialía de Partes de Palacio Nacional y no le recibieron el escrito. Que lo presentara hoy en “atención ciudadana”, le dijeron, y de nada le sirvió alegar que la queja iba dirigida al comité de selección.
Recurrió al Senado y la atendieron unos abogados que, ay nanita, ya la estaban esperando...