En febrero de 2018, el escritor Michael Lewis se sentó con Steve Bannon, uno de los más importantes estrategas detrás del crecimiento y la llegada al poder de Donald Trump.
De aquella entrevista ha quedado para la historia lo que Bannon resumió de cómo llegaron a la Casa Blanca: “Nos eligieron con ‘Vamos a drenar el pantano’ (refiriéndose a Washington), ‘Hillary a la cárcel’ y ‘construir un muro’”, dijo. “Esto fue pura ira —explicando por qué habían ganado en 2016—, la ira y el miedo es lo que lleva a la gente a las urnas”.
“Los demócratas (refiriéndose al partido estadunidense) no importan”, le dijo Bannon a Lewis. “La verdadera oposición son los medios de comunicación. Y la forma de lidiar con ellos es inundarlo todo de mierda”.
Esa ha sido la principal receta de Trump y su equipo desde que hace algunos años bajó las escaleras de su edificio en Nueva York para anunciar su primera candidatura presidencial. Al poco tiempo de estar en la Casa Blanca declaró que la prensa era “el enemigo del pueblo”. Durante la campaña del año pasado las cosas solo subieron de nivel; dijo que los moderadores del debate estaban vendidos, contestó todas las demandas en su contra por una multitud de presuntos delitos diciendo que eran inventos de la prensa. Demandó a la cadena ABC; cuando inventaron aquello de los migrantes comiendo mascotas, culpó a los medios de no reportarlo. Y llevan cuatro años inventando nuevas versiones de la toma del Capitolio para perdonar a quienes participaron. Esa es la receta.
Desde la llegada de López Obrador a la Presidencia se utilizaron los recursos del Estado y la tribuna presidencial para demeritar e insultar a periodistas que no estuvieran, como la mayoría de los de la mañanera y otros, en el negocio de la propaganda. Si no haces propaganda, eres enemigo del pueblo.
Claudia Sheinbaum ha seguido la misma lógica y en algunas cosas hasta la ha superado. En las últimas semanas no es raro escuchar a la Presidenta contestar alguna pregunta con frases como “dudo que eso sea así”, “eso no es cierto” o alguna otra versión de los otros datos.
El embate sin razón contra las reporteras del New York Times que publicaron un buen reportaje sobre la elaboración del fentanilo es, nada más, parte de la estrategia. Basta ver a los corifeos.
Pues sí, prefieren a Lord Molécula, se entiende; lo suyo es Bannon y Trump.
Yo seguiré leyendo a Natalie Kitroeff, periodista de verdad.