Es imposible hoy saber quién ganará la elección de noviembre en EU. Las encuestas muestran una ligera ventaja de Kamala Harris a nivel nacional, pero el sistema electoral estadunidense hace obsoleta tal medición. Importan los estados clave donde las cosas están apretadas, siguen cambiando y más cambiarán en estas últimas semanas de campaña, en las que tanto Kamala como Trump se concentrarán en esos estados con dinero y apariciones.
Está claro que el mundo y México quieren que gane Kamala, pero la incertidumbre electoral impide que se manifiesten porque además saben de la ira trumpiana y su afición la venganza. En fin, todos esperamos que gane Harris.
La duda, espero que sea razonable, es si en algunos aspectos es demasiado tarde para contener muchas de las obsesiones trumpianas que han marcado los últimos años de la transformación del Partido Republicano y del conservadurismo estadunidense. Dos temas, por ejemplo, son muy importantes para México: el comercio y la migración.
En ambos temas hemos visto a Kamala Harris correrse hacia al trumpismo y el conservadurismo, poco, pero ahí está. No debe ser muy agradable para el gobierno mexicano escuchar en un mitin a la candidata demócrata presumir que ella votó en contra del T-MEC. Son tiempos, desde su primera candidatura, en que el trumpismo ha arrebatado a los demócratas la representación de millones de trabajadores a los que se les ha insistido y ellos están convencidos de que perdieron su chamba por el libre comercio.
En el tema migratorio el asunto puede ser peor. Las mentiras, insultos, barrabasadas que hemos escuchado de Trump, sus seguidores y ahora su candidato a la vicepresidencia pueden tener consecuencias peores y de largo plazo.
Está sucediendo en ciudades y comunidades. Aumentan las tensiones entre aquellos que se creen más estadunidenses que otros, aumenta el número de amenazas y violencias de mucho tipo contra migrantes. Eso no se terminará gane quien gane. Ese daño de Trump y los suyos ya está hecho.
Por si todo este panorama no fuera suficientemente preocupante, las últimas encuestas señalan que el Partido Republicano podría ganar la mayoría del Senado. Aun triunfando Harris, eso pondría un obstáculo enorme para muchas cosas; y si gana Trump, pues solo imaginarlo da miedo.