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Claudia, Trump y lo que viene

Ciudad de México /

Hoy deben quedar pocas dudas, si es que alguna, de que la estrategia elegida por la presidenta Sheinbaum y su equipo para enfrentar las amenazas de Donald Trump de poner aranceles ha funcionado. Es obvio, sí, que la presión de la industria estadunidense también ha tenido que ver, pero eso no descalifica el esfuerzo mexicano.

La decisión anunciada ayer de no imponer tarifas hasta el 2 de abril y la manera en que fue comunicada revela varias cosas, pero, sobre todo, la verdadera intención del presidente estadunidense desde que esto arrancó: una renegociación completa del acuerdo comercial que el mismo Trump firmó con el gobierno anterior, no solo una revisión, como lo marca el propio acuerdo, y no hasta 2026.

Eso parece ser lo que ha estado en el fondo de las amenazas, más allá de Trump siendo Trump y todo lo que eso acarrea. Es interesante que en el “Proyecto 2025”, el documento de organizaciones conservadoras elaborado por muchos de los que hoy trabajan en el gobierno de Trump, el del comercio exterior es de los pocos, casi el único tema en que hay un debate sobre proteccionismo o apertura y no llega a una conclusión.

Pero en este segundo turno en la Casa Blanca, queda claro que el presidente estadunidense quiere revisar el acuerdo y, sobre todo, combatir lo que China ha hecho para aprovecharlo aunque no sea firmante.

Tiene razón la Presidenta que cuando Trump habla de aranceles “recíprocos”, esos gracias al tratado no existen, aunque el estadunidense ha mencionado los impuestos al consumo en muchos países, como nuestro IVA, como una especie de “tarifa”, salvo que aunque en Estados Unidos no hay un impuesto federal, sí lo hay en la mayoría de los estados y con muchas variaciones, lo que seguramente será parte de la negociación que viene.

En los otros temas queda claro que la estrategia antimigrante viene del sexenio pasado y en estos meses solo se ha endurecido. Somos el muro de Trump, de eso no hay duda, y aquel no se podrá quejar.

Y en la seguridad, queda claro desde octubre que la Presidenta ha decidido acabar con los abrazos, pero sin decirlo para no ofender a su antecesor. Si no, para qué llevar a García Harfuch, a la Secretaría de Seguridad y meter a miles a prisión.

Lo que viene es la negociación de un nuevo acuerdo; no estará sencillo, algo de incertidumbre seguirá permeando y afectando la economía, pero por lo pronto nada mal lo que se ha hecho frente al señor que ocupa la Casa Blanca.


  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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