Suele suceder cuando tienes a un bully, a un provocador en el grupo. Los demás se dan con todo entre ellos, se acusan de cualquier cosa para quedar bien con el malo. Él se ríe.
Claro, esto sucede en la escuela. Que suceda en las relaciones internacionales, que afectan los destinos de países, pues no parece lo más adecuado.
“¡Tú produces más fentanilo!”. “¡Tú tienes más adictos!”. “¡Tú no cuidas a tus jóvenes!”. “¡Tú los mandas al norte con droga!”. “¡Tú no tienes cultura milenaria!”. “¡Si pones aranceles a ti te va ir peor!”. “¡No, a ti!” “¡A mí ya me invitó a cenar!”. “Lero, lero”… En fin, los más recientes intercambios entre los países que integran el poderoso bloque comercial de Norteamérica parecen sacados de la bronca en una escuela primaria en la que no hay maestra que ponga orden.
Está claro que un personaje como Trump, más ahora que llega recargado, nunca es sencillo para tratar, pero Justin Trudeau y Claudia Sheinbaum fueron a la primaria y saben que nada da más placer al provocador que los otros caigan en su juego. Y que la bronca entre los provocados solo beneficia al bully.
Esto no quiere decir que México y Canadá tienen que estar de acuerdo en todo o formar un bloque en contra de la avalancha que se viene el próximo año con el presidente Trump. Cada país tiene sus intereses y en algunas cosas no coinciden ni coincidirán. Pero el tamaño del reto que viene en los próximos meses y años en lo comercial, lo económico, la migración, el tráfico y consumo de drogas de todo tipo no está para andarse peleando a gritos en el patio.
En todos los temas mencionados en el párrafo anterior, los tres países tienen ventajas, desventajas, mayores y menores problemas. Lo que está claro es que solo trabajando juntos podrán encontrarse soluciones o dar buen cauce a proyectos. No, no es a gritos y sombrerazos, ni con malos chistes.
Lo que se necesita para enfrentar al elefante, no en la sala, sino en la Casa Blanca, es estrategia, trabajo, negociación y paciencia. Burlándose e insultando en público al otro no se logra mucho.
Eso, parece evidente hasta hoy, no parece estar sucediendo en este mes desde la elección estadunidense. Y pues sí, así gana el provocador, siempre, como en la primaria.