En Tabasco es culpa de otros, dice el gobernador

Ciudad de México /

En Villahermosa y Jalapa, Tabasco, dos ataques armados el fin de semana, uno en un bar y otro en una boda, dejaron como saldo total siete muertos y 12 heridos.

Ya van unos meses que Tabasco, antes tranquilo, aparece entre las entidades en donde este tipo de sucesos se repiten.

Cuando estas cosas suceden y uno escucha al gobernador del estado, como en otros, uno empieza a entender por qué suceden y por qué va a estar complicado que dejen de pasar.

Va un pequeño resumen de lo dicho por el gobernador:

“Tiene que ver con las adicciones, un tema que antes no teníamos en el estado y que, de unos tiempos para acá, la lucha está en dos grupos que se disputan la plaza por el control y la venta de estupefacientes”, explicó el gobernador.

Siempre hay que arrancar por el “se matan entre ellos” o algún matiz de la misma declaración. Un clásico del fracaso mexicano en la lucha contra la violencia y la inseguridad. Malditos grupos, si nomás no existieran.

El gobernador May agregó que los dueños de bares deben endurecer los controles de vigilancia y acceso a sus establecimientos debido a que se ha permitido la entrada de jóvenes armados a esos lugares. “Que haya vigilancia en estos antros, no puede haber que no haya revisión al ingresar a este tipo de antros”, señaló. “Desde luego que vamos a tomar medidas en el tema de los antros, vamos a regular los horarios, que haya mayor control al acceso de quienes ingresan a estos lugares, que haya mayor vigilancia y protección”.

Esos dueños de antros que no hacen nada. No vaya usted a creer que la regulación de horarios y actividades de esos locales es responsabilidad gubernamental, no. Son ellos, los dueños, que no revisan, que no dan poca bebida, que les vale cuando hay drogas.

Para terminar con una joya: “Los padres tenemos que estar vigilantes y pendientes de nuestros hijos en el tema de conducta y comportamiento”. Padres y madres tabasqueños desobligados que no cuidan a los chamacos, caray, que andan drogándose como si fueran gringos y saliendo a antros y bares como si vivieran en otro país, en otro estado.

Se entiende que exijamos al gobierno federal ponerse a trabajar para reducir la violencia. Esperemos que entiendan que el primer problema lo tienen con los estados, con los gobernadores y presidentes municipales que son expertos en lavarse las manos. El ejemplo Rocha se aprende en muchas partes.


  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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