Es complicado eso de construir segundos pisos, sobre todo si se pretende construirlo sobre un primer piso que no está terminado y cuyos cimientos no estaban programados para otro nivel.
No me dedico a la construcción, pero creo que ningún ingeniero podría decir que estoy muy equivocado. El segundo piso tendrá que esperar un poco. Hay que arreglar lo del primero.
No ayudó que, desde el 2 de junio, el arquitecto del primer piso quiso meterle mano al primer piso (y al segundo) sin preguntar mucho y ocupó el tiempo de la nueva arquitecta con viajes y eventos.
Llevamos un mes en lo de los cimientos y faltan muchos más. La reforma judicial es un hecho: jueces, magistrados, ministros, sistema de disciplina y administración, todo cambiará. Formalmente en un par de años después de las elecciones, pero nadie cree que el asunto será tan sencillo. No se cambian los jefes de lo local y lo federal sin crear caos en cada una de sus áreas, ya no porque les guste o no les guste lo que sucedió, solo para saber dónde están sus escritorios y a qué hora son las reuniones. Pasaría igual en una empresa si se pretende cambiar en ese tiempo esa cantidad de trabajadores.
Ese “cimiento” —no se rían— del primer piso tardará un rato en estar listo para aguantar el segundo. Mientras tanto, a ver quién se atreve a llevar algo a un tribunal o cómo funciona la justicia que de por sí….
Otra columna del primer piso apenas está anunciada, pero creo que podemos asegurar que sucederá: la desaparición de los organismos autónomos, su reducción —la austeridad, ya saben— y su integración a diferentes secretarías o instituciones. Toda esa reorganización no será demasiado rápida. Imposible si se quiere hacer bien y que funcione. Mientras tanto, las empresas estarán felices sin Cofece, el gobierno feliz sin mucha transparencia ni medición de la pobreza. Pero paciencia, ya pronto funcionará todo.
Por si todo esto no fuera ya un lío que atrasa el segundo piso, pues no hay mucho dinero para hacerlo.
Está claro y anunciado que en unos días, cuando se presente el presupuesto para el próximo año, éste vendrá con recortes serios a la administración e inversión públicas. Así que las nuevas promesas, el segundo piso, los muchos trenes, los nuevos programas sociales, las varias universidades, los polos, etcétera, pues tendrán que aguantar un ratito.
En eso andan, nomás que acaben el primer piso...