Llevamos unas semanas, varias de hecho, con eventos que antes se llamaban masacres, la 4T odia ese nombre, pero llamémoslos asesinatos múltiples.
Los más recientes, el de Querétaro y el de Guerrero y, para no variar, la reacción de los gobernantes locales es un poco de dar vergüenza. El alcalde de Querétaro le echó la culpa a los asesinados, diciendo que el ataque era contra delincuentes… y la alcaldesa de Acapulco salió a decir que a la pobrecita gobernadora le habían dejado un estado en llamas. Es decir, es culpa del pasado.
Estos dos son, apenas, los últimos ejemplos de una larga tradición de gobernantes lavándose las manos cuando las cosas se ponen mal en seguridad y violencia; nada nuevo, pues.
Cada cual a su manera, pero los últimos tres gobiernos toleraron esos comportamientos.
La verdad es que nada se soluciona si no es con plena coordinación con y participación de los locales. Es más: los locales son en muchos casos mucho más importantes que los federales. En los últimos 18 años de esta tragedia, los momentos más exitosos, aquellos en que las cosas en verdad cambiaron, vienen de lo local y con los locales. Juárez, La Laguna, Monterrey, Morelia, Neza… hay varios y buenos ejemplos. Sí, podríamos incluir —con algunos matices— a Ciudad de México.
Omar García Harfuch lo sabe o debería saberlo. Entiendo que hay, siempre, una parte de ego de quien toma un puesto así después de muchos años haciendo carrera, creyendo que él podría, desde lo federal, desde ese puesto comenzar a arreglarlo todo y, por lo tanto, llevarse el crédito. La verdad es que desde el centro, desde lo federal, no hay manera. No la había antes y menos la hay ahora que el crimen organizado depende cada vez más de controles territoriales.
El problema de Omar es que la solución no está en sus manos. No lo está porque la solución es fundamentalmente política. Más ahora que el mismo partido, el de la Presidenta, gobierna tantos estados. Políticamente no es sencillo para Sheinbaum comenzar a responsabilizar a gobernadores de su partido, así como tanto le gusta hablar de Guanajuato. Pero Guerrero, Michoacán, Baja California, Chiapas… ocupan primeros lugares cada semana en muertos y violencia.
Solo trabajando y trabajando con los suyos podrá trabajar con los de otros partidos. Esa cooperación es pieza fundamental en la estrategia, si no no alcanza, no hay manera.