Los gobiernos de Morena disfrutan cada vez que se habla de consumo de drogas, criticando lo que llaman “falta de valores” en Estados Unidos que, según ellos, provoca las adicciones y las muertes resultado de ellas.
Por supuesto que ese discurso sirve para decir que el problema del narcotráfico y la violencia que aquí sucede, pues es culpa de aquellos.
Tal vez por eso es que desde el sexenio pasado se suspendió la encuesta nacional de drogas y adicciones que hacía el gobierno mexicano. Total, aquí nadie se droga; hay familia, pues. Desde entonces hemos tenido algunos datos que parecen contradecir esta idea.
En Baja California estaban preocupados por lo que se veía en el Semefo y en 2022 comenzaron un programa piloto para hacer pruebas de laboratorio. Aquí una de las declaraciones del jefe de ese programa hace un año: “De 100% de las pruebas realizadas, de 50 a 55% resultó positiva a alguna droga; de todos esos, 33% fue positiva a fentanilo”. Fue el segundo lugar en drogas de abuso utilizadas.
Otros datos de otros estudios focalizados han dicho cosas similares.
Pero ayer, leyendo La Jornada, los primeros párrafos del reportaje de Arturo Cano en Michoacán dice aún más. Está Arturo al final de una larga jornada viendo a los trabajadores del campo como de fiesta, cortando ramas y recogiendo aguacates en un jolgorio.
Escribe Arturo: “La pregunta al guía michoacano, un conocedor de la industria aguacatera resulta obvia:
“—¿Qué se meten?
“—Cristal.
“Durante toda la jornada de corte, un par de señoras y sus niños bromean con los cortadores. Ellas son las encargadas de levantar los aguacates que cayeron al suelo y ya no pueden ir a los supermercados de Estados Unidos.
“A juzgar por la escena, el consumo de cristal (en la lista de estimulantes de tipo anfetamínico, ETA) es normal en el corte del fruto estrella de la economía agrícola de Michoacán. ‘Hay un gran número de cortadores que son adictos al cristal; ahí hay un problema muy fuerte de adicción a metanfetaminas y otras drogas’, dice Alejandro Méndez, secretario de Medio Ambiente del gobierno de Michoacán. El gobernador de la entidad, Alfredo Ramírez Bedolla, ha llegado a decir que 50 mil jornaleros podrían ser adictos a metanfetaminas.”
¡Ah, caray! ¿Y los valores? ¿Y la familia? ¿Y la prisión preventiva oficiosa?
Y no, no es The New York Times. Es La Jornada. Y un periodista serio.