La iniciativa constitucional, parte del llamado plan C que inventó López Obrador y que trae en un torbellino a la recién llegada administración de Claudia Sheinbaum, ha pausado, por lo pronto, la desaparición de los órganos autónomos para revisar su implementación contra la revisión del Tratado Comercial con Estados Unidos y Canadá programada para el próximo par de años.
Se ha pausado porque en el gobierno de la doctora Sheinbaum se han dado cuenta que esa modificación, tal y como estaba planteada, podría afectar, de hecho, terminar con el tratado, con todo lo que eso significaría para la economía mexicana. La llegada de Trump, obsesionado con los aranceles como su mayor política pública –ha dicho que “aranceles” es su palabra favorita–, solo ha empeorado el panorama.
La pausa en la aprobación de la desaparición de los autónomos tiene que ver con algunos de ellos que podrían afectar la revisión del T-MEC si no que dar pretextos a los gobiernos de Canadá y Estados Unidos para rehacerlo por completo si no que evitarse a México: en particular con Cofece y el IFT, aunque también podrían quejarse de la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía, aunque estos últimos no son “constitucionalmente autónomos” como los primeros, sino órganos reguladores autónomos, pero que dependen del gobierno federal.
El equipo del gobierno mexicano está revisando con lupa las leyes secundarias y en qué se convertirían, ahora dependiendo del gobierno federal, la Cofece y el IFT. Y quieren igualarlas a la Federal Trade Commission y la Federal Communications Commission. Éstas funcionan con el liderazgo de cinco comisionados, cada una, que son propuestos por el Presidente y aprobados por el Senado con la condición de que no más de tres pueden “pertenecer al mismo partido”. El Presidente de cada comisión es elegido por el presidente de Estados Unidos entre los comisionados. Las comisiones son “independientes”, que no “constitucionalmente autónomas”, pero que en la práctica significa un poco lo mismo.
El equipo mexicano está analizando con lupa la normatividad que rige a esas dos comisiones, para igualar a las mexicanas que perderían su autonomía constitucional.
Ya veremos si el “wording”, si el tecnicismo, alcanza para tranquilizar a un trumpismo que viene por todo, basta ver sus más recientes nombramientos.