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Yo, como la Presidenta, esperando a que no suceda

Ciudad de México /

Confieso que he hecho en estos días más de una apuesta con amigos sobre si el presidente Trump anunciará este sábado la imposición de aranceles a México y Canadá de 25 por ciento.

He apostado a que no lo hará. No creo. Como la Presidenta, pues. Que además dijo ayer que hay plan por si nos equivocamos. El mío es pagar las comidas apostadas.

He apostado a que no porque ambas menciones de tal amenaza son un poco accidentales. La primera, hecha por Trump, resultó de una pregunta un poco salida de la nada mientras firmaba órdenes ejecutivas sobre otros temas y la reacción de Trump pareció improvisada, ocurrencia para, sí, hacerse el que es, el duro, pero sin mucha planeación.

La segunda fue por parte de la vocera del presidente en su estreno en las conferencias de prensa de la Casa Blanca. La pregunta le sorprendió, pero nadie en sus primeros días de chamba va a decir que el presidente no va a hacer lo que dijo, más allá de cómo fue esa primera amenaza.

Hay una tercera razón que supongo comparto con la Presidenta. Puro miedo. Un anuncio de tal tamaño el sábado dislocaría la relación en maneras inimaginables. Más allá de legalidades, las consecuencias económicas terribles para México en lo inmediato en este momento, que además no es que nuestra economía ande muy bien, serían espantosas. En los hechos, el tratado comercial entre los tres países desaparecería y vaya usted a saber lo que depare el futuro.

Quiero suponer que he hecho esas apuestas con argumentos medianamente racionales. Pero cada vez que abro la página de The New York Times o The Washington Post, y veo las decisiones que el gobierno trumpista toma con ritmo aceleradísimo y afectando todos los aspectos de la vida interna de su país y de otros países la locura, me digo: ¡Carajo! No vaya a hacer que pierda la apuesta.

Ayer leí a Arturo Sarukhan y relata una conversación de 2012, hace 12 años, con Trump en la que el hoy presidente le dejó claro que detestaba el tratado comercial porque creía que los mexicanos habíamos salido como los meros ganones y habíamos embaucado a los estadunidenses.

Eso podría sostener el argumento de que lo único que está haciendo Trump con la amenaza del sábado es acelerar la renegociación del tratado —que de por sí no estará sencillo—, pero no es la locura de 25 por ciento en aranceles en un día.

En fin, imposible saberlo con ese señor.

Pero espero disfrutar de varias comidas a cargo de quienes creen que el sábado comienza el verdadero desastre.


  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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