Recién volví a revisar el libro El Código de la Cultura, de Daniel Coyle, pues una organización me solicitó un workshop sobre gestión con enfoque desde la inteligencia emocional, y en mi típico hábito de alejarme de lo esperado, hice a un lado a Daniel Goleman, me puse “a rascar” en mis apuntes de coaching, y reencontré los conceptos del libro en cuestión.
En otros momentos, te he comentado sobre la importancia de generar el clima organizacional adecuado para que la gente se “resista” menos a cumplir sus tareas.
Este libro hace especial énfasis en un indicador clave para ello, el sentido de pertenencia, al que también llama seguridad psicológica, y que tiene relación con la precondición de las personas en sentir cierto grado de peligro (o no), en el entorno, en este caso, laboral.
Ese grado de peligro, a nivel operativo, es lo que propicia un comportamiento, y este se relaciona directamente con las evidencias percibidas en su(s) grupo(s) de referencia, donde puede identificar riesgos de salir del sistema al que pertenece, es decir, la empresa.
¿Suena complicado? Sí. ¿Se puede prevenir? También sí. Daniel Coyle establece tres características para trabajar la pertenencia:
Energía, la dinámica, sana y motivante, entre el personal; Individualización, el hacer sentir a las personas como únicas y valiosas; y la Orientación futura, entendida como la proyección de una relación continua.
Como persona inteligente que eres, ya habrás notado que la postura de Coyle sobre la pertenencia enfatiza aspectos intangibles, tal y como lo hace el clima organizacional.
Entonces, ¿qué debes hacer? Generar un ambiente empático, abierto y asertivo, donde no haya señales de peligro.
Así, el cerebro de todos saldrá del modo alerta, y tendrán mejor desempeño, obviamente, pues están en un lugar seguro.