Magistrados y Jueces negligentes

  • Agora
  • Cuauhtémoc Carmona Álvarez

Laguna /

El derecho como vida humana objetivada en la norma, citando a Recasens Siches en tiempos de la transformación está desnudando a un sistema judicial federal que se retuerce ante los cambios paradigmáticos y ante la reforma judicial que se niegan materializar (con unos bodrios de amparo), para detener insisto un cambio paradigmático al poder judicial de la federación.

Pero en el fondo esa oposición es natural pues donde hay poder, recordando a Foucault hay resistencia. 

Ahora como forma de presión siguen suspendidos los términos y actividades en la administración de justicia federal con la justificación del rechazo a la reforma judicial como protesta. 

Unos porros de la justicia.

Me surge una pregunta para los juzgadores negligentes:

¿Y el derecho a la impartición de justicia?

¡Bien gracias! Les vale madres detener plazos y términos con la salvedad de asuntos urgentes. ¡Eufemísticamente una vacilada! Un absurdo aunque a la ministra presidenta de la Corte Norma Piña la palabra “absurdo”, le parezca inapropiada dentro del léxico judicial. Hasta del lenguaje se apropiaron, menos mal que hay contra pesos como la Ministra Lenia Batres.

Hoy en día la regularidad de la justicia es esencial dentro de un estado democrático de derecho. 

Sin embargo, la incertidumbre jurídica para muchos abogados litigantes es inadmisible e insufrible. 

El intocable poder judicial federal ha encontrado los mecanismos al menos para justificar su actuar negligente.

Preservar el derecho a la justicia no necesita justificarse, pero interrumpir plazos, audiencias, sentencias, notificaciones y un largo etcétera de actuaciones judiciales están afectando otros derechos dentro del cosmos normativo de acceso a la justicia real y efectiva, además de pronta y expedita y ante eso, no hay justificación.

La comunidad litigante en el país debe manifestarse y exigir a los impartidores de justicia federal congruencia y respuesta al derecho de pedir, pues los litigantes del país dependen de la regularidad administrativa del poder judicial federal donde el derecho al trabajo es de los más importantes consagrado en el artículo primero de nuestra carta magna.

Los derechos fundamentales no pueden seguir suspendidos. Justiciables y abogados deben tener certeza y seguridad jurídica de que la justicia no puede seguir detenida y presa de un poder que no está a la altura de los cambios políticos que se refrendaron el pasado junio y que son encabezados por la presidenta del país Claudia Sheinbaum.

Y para terminar como diría Ulpiano: “La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar (conceder) a cada uno su derecho”. 

Que equivocados están quienes se oponen a la reforma judicial y al poder soberano del pueblo donde todos los poderes deben reformularse salvo que deseen optar por la negligencia y la resistencia infecunda.

Un poder negligente que debe recapacitar y en palabras de Román Paladino entender que, ya se les acabó el corrido. 

Un absurdo con el permiso de la ministra Norma Piña.


@cuauhtecarmona

Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.